¿Se malogra? ¿Produce algún tipo de bacterias? ¿Malogra la refrigeradora? ¿Adopta otro sabor? ¿Se fermenta? Sabemos que el frío conserva los alimentos. Es por eso que acostumbramos a meterlo todo en la nevera sin pararnos a preguntar si es lo más adecuado. Si estás a punto de guardar un táper con la comida humeante que acabas de terminar de cocinar, quizá no sea el momento de hacerlo, porque guardar calientes en el refrigerador conlleva ciertos peligros que aquí te alertamos.
MIRA: Por qué NO se debe guardar la leche en la puerta de la refrigeradora
Existe la idea de que guardar en el refrigerador un plato aún caliente puede estropearlo. Sin embargo, no existen estudios que afirmen que eso sea así. Todo lo contrario, esa acción puede dañar el resto de alimentos que se encuentran en la nevera y aumentar así el riesgo de que se descompongan o causen intoxicaciones alimentarias. Este es, sin duda, el mayor inconveniente, pero no es el único.
MIRA: El truco para que las papas fritas te queden perfectas
La nevera trabaja doble
El primer problema que origina este hábito es que obligamos a la nevera a trabajar el doble. La misión de este electrodoméstico es mantener las temperaturas bajas para que los alimentos se conserven. Si introduces algo a temperaturas elevadas, la máquina tendrá que esforzarse más, gastar más energía y su vida útil se acortará. Por eso, aunque logre que todo continúe frío, la refrigeradora lo sufrirá.
Daña el resto de alimentos
Cuando se pone un plato caliente en la nevera, la temperatura de los alimentos que se encuentran en el refrigerador incrementa. Lo que estaba frío se calienta, incrementando el riesgo de contaminación. El mayor problema es que cuando algo se calienta, los microorganismos se multiplican en los alimentos, pero como al final el alimento se vuelve a enfriar, nosotros no sabemos que se ha producido ese cambio.
Se enfría de manera desigual
Otro de los inconvenientes es que la comida se enfría de manera desigual. Esto se debe a que la temperatura no disminuirá de manera uniforme, sino que lo hará más lentamente en la parte donde esté el recipiente caliente. Esto puede aumentar el riesgo de que se formen bacterias en ciertos alimentos e incluso en el propio plato caliente.
Entonces, ¿cuál es la manera correcta de refrigerar un alimento caliente? Si bien las bacterias se desarrollan rápidamente a temperatura ambiente, diversos organismos como la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) recomiendan dejar que los alimentos preparados se enfríen un poco antes de guardarlos en la nevera. Eso sí, siempre dentro de las dos horas después de preparado.
EL TRUCO PARA ENFRIAR BEBIDAS SIN REFRIGERADORA
Es una de las técnicas más antiguas y además, increíblemente, la más efectiva de todas. Si colocamos una lata o una botella en un recipiente y le añadimos agua, hielo y sal, conseguiremos una bebida fría en menos de 5 minutos. Pero, ¿por qué ocurre ello? Aquí te contamos la explicación científica.
La respuesta de que este “milagro” ocurra la tiene la química y guarda el nombre de “descenso crioscópico". Cuando hacemos la mezcla de estos tres ingredientes, la sal se licua con el hielo y la temperatura se mantiene. Es decir, a través de este truco no aumentaremos el frío que poseían los hielos, sino que conseguiremos que se conserve.
¿Y cómo pasa el frío del hielo a la lata? Pues gracias al agua, que permite que la botella/lata esté en contacto continuo con el frío, la velocidad de enfriamiento es mayor y, a través de esto, la lata/botella consigue adoptar la temperatura del hielo.
- Ponemos un recipiente con agua y hielo.
- Añadimos sal y removemos. Cuanta más sal consigamos disolver, más rápido será el proceso.
- Metemos las latas o botellas y esperamos, como mínimo, cinco minutos.
- Retiramos las bebidas y comprobamos que estén frías.
- Ya podemos disfrutar de una bebida bien fría para combatir la ola de calor.
LECHE EVAPORADA O EN POLVO, ¿CUÁL ES MEJOR?
La leche es un ingrediente básico para la preparación de un sinfín de recetas, aunque también se refiere a distintos alimentos, tanto de origen animal como la leche de vaca, oveja o cabra, así como la de origen vegetal como la leche de soja, avena, almendras, avellanas, coco. En cuanto a las presentaciones, esta es variada: entera, evaporada, descremada, en polvo, condensada.
LECHE EVAPORADA
Es un lácteo que se obtiene quitándole a la leche normal un 60% del agua. Su nombre real es “leche parcialmente evaporada o semi-evaporada”, ya que se le ha quitado parte del agua y no en su totalidad, como en la leche en polvo. Se emplea mucho para elaborar flanes, jaleas y tortas tres leches.
LECHE EN POLVO
La leche en polvo o seca, se obtiene del mismo proceso que la leche evaporada con la diferencia que en este tipo de leche se deja evaporar el 100% del agua y no la mitad. Se usa para la preparación del dulce de leche, flanes y hasta pancito de leche.
LECHES SEMIDESCREMADAS Y DESCREMADAS
Son aquellas leches que se les han eliminado parte de la grasa utilizando procesos tecnológicos. Se utiliza en la repostería para obtener dulces más saludables bajos en grasa.
LECHE SIN LACTOSA
Es una leche modificada que elimina gran parte de la lactosa o azúcar de la leche. También se consigue entera, semidescremada o descremada, y con ella se pueden preparar postres y cremas que contengan leche.
ERRORES AL HACER ARROZ CON LECHE
- No tener en cuenta el calor residual: Conviene dejar enfriar el arroz con leche una vez terminado porque queda más compacto y cremoso, aunque no pasa nada si en casa son impacientes y se tiran encima del delicioso plato nada más salir del fuego. Una cosa si hay que tener en cuenta, y es que el arroz seguirá cocinándose una vez terminada la cocción por efecto del calor residual que acumula.
- Olvidarse de remover durante la cocción: El arroz con leche necesita dedicación, y no estar a su lado, removiendo la preparación mientras se va haciendo cada 4 o 5 minutos tal vez sea el peor de los errores porque se nos pegará, y no conseguiremos la textura ideal, cremosa y suave. ¿Cómo sabemos que ya está a punto? Hay que probarlo, comprobar cómo está el grano, que se haya conseguido una textura suave, que se deshaga en la boca.
- No controlar la manera de elaboración básica: La elaboración requiere, de entrada, utilizar dos ollas para dos preparaciones. Por un lado, colocamos en la primera el arroz y lo vamos cociendo. Las cantidades: Una parte de arroz, 10 de leche. En la otra cazuela pondremos la leche (unos 320 ml para dos personas) y la llevaremos a ebullición.
EL TRUCO PARA QUE EL ARROZ NO SE PEGUE A LA OLLA
Con este método, no volverás a tener que rascar el arroz pegado del fondo de tu olla nunca más. Solo necesitarás uno de estos dos ingrediente para conseguirlo: zumo de limón o vinagre. La elección queda en tus manos. A continuación te mostramos los pasos que debes seguir para llevar a cabo este truco.
- Lava el arroz.
- Sofríelo en una olla con aceite y mézclalo para que no se queme.
- Pon a hervir el agua con un poco de aceite y vinagre. En cambio del vinagre, puedes añadir unas gotas de zumo de limón.
- Añade el arroz cuando el agua esté hirviendo.
- Escurre y comprueba el resultado.
VIDEO RECOMENDADO
El truco para que no se pegue a la olla
TE PUEDE INTERESAR
- El truco para enfriar las bebidas en cuestión de minutos y sin nevera
- Papaya: cómo escogerla, conservarla por más tiempo y en qué recetas usarla
- Por qué NO debes olvidar precalentar el horno antes de cocinar
- El sencillo truco para que el arroz no se pegue
- Receta de chimichurri
- Trucos para conseguir que las verduras y frutas duren más
- El truco para que el puré de papas salga perfecto