La palta es una fruta que se come fresca, sobre todo en desayunos y en la hora del almuerzo. Sin embargo, algunas personas optan por congelar estos alimentos para utilizarlo más adelante en sus recetas. ¿Es una práctica recomendada? Aquí te lo explicamos.
Uno de los alimentos más valorados en la gastronomía por su sabor es la palta, fruta que puede incorporarse en ensaladas o puede ser el complemento perfecto del pan. Sin embargo, una vez abierta, su pulpa suele oxidarse a las pocas horas. Para evitar que esto suceda, algunas personas optan por congelar varias paltas para emplearla en diferentes momentos en sus recetas.
Aunque es una buena alternativa congelar alimentos para conservarlos por más tiempo, en algunas ocasiones hay efectos secundarios. ¿Sucede con la palta? Te lo explicamos a continuación.
¿Es recomendable congelar una palta?
Las paredes celulares de la palta están compuesta por un 70% de agua, por lo que si se decide congelar la fruta se corre el riesgo que su pulpa se ablande progresivamente.
Así lo comprobó el chef chef Heinz Wuth, experto en ciencia y cocina, en un video que se hizo viral en TikTok. Después de 14 días de congelada una palta, procedió a descongelarla en agua durante una hora (o un día en frío).
Luego de este paso, se ve a simple vista que está en buen estado, pero su pulpa se ha vuelto más frágil y ha perdido textura. Si se deja las paltas por más de un mes, la pulpa es aún más blanda y hay un cambio en su sabor: es más amargo.
¿Por qué ocurre ese cambio durante el proceso de congelación? Según el especialista, este ocurre porque se forman cristales de hielo que destruyen las paredes celulares de la palta. Dicho esto, se recomienda triturar la pulpa y emplear este método en usos profesionales. No es aconsejable realizar cortes para incorporarlas en recetas.