Aunque hagamos todo lo posible por mantener nuestras herramientas secas y limpias, el óxido puede aparecer en cualquier momento. Sin embargo, hay algunas cosas que puedes intentar para recuperar las herramientas metálicas viejas antes de tirarlas a la basura y así ahorrar dinero en costes de sustitución.
El contacto del material metálico con el oxígeno y con la humedad produce un fenómeno electroquímico complejo. La presencia de agua en el ambiente provoca corrosión, mientras que la reacción de los metales con el aire es la causa de la oxidación de los artículos de acero.
Afortunadamente, este proceso puede detenerse, salvaguardando la estructura de la herramienta. El óxido no puede volver a convertirse en hierro sin una máquina de electrólisis y un laboratorio de física muy especializado, pero puede eliminarse y evitar que siga dañando sus herramientas. Así que toma nota de los procesos.
Cómo quitar el óxido de tus herramientas
Hay varios trucos caseros que puedes intentar para eliminar ese molesto óxido de tus herramientas:
1. Vinagre
Remojar las herramientas afectadas en un baño de vinagre es una forma de aflojar los depósitos de óxido y facilitar la limpieza. Todo lo que necesitas es un recipiente lo suficientemente grande como para que quepa tu herramienta y suficiente vinagre blanco para sumergirlo.
El ácido acético del vinagre reacciona químicamente con el óxido para producir sal y agua, lo que hace que el método sea simple y seguro. Y, debido a que el ácido involucrado es inocuo para los humanos, no tienes de que preocuparte, y el líquido sobrante es seguro para verterlo por el desagüe.
Para depósitos de óxido más duros, puedes remojar tus herramientas durante la noche para permitir que penetre más profundamente. Después de un buen remojo, debería poder quitar el óxido con un buen cepillo de cerdas duras.
2. Kétchup
Sorprendentemente, para llegar a las pequeñas manchas de óxido, el kétchup hará el truco. Agrega una capa generosa de salsa de tomate a una superficie oxidada, déjela reposar durante unas horas y luego frota el kétchup con un cepillo de alambre para eliminar las manchas de óxido.
Esto funciona de manera similar al método del vinagre porque la salsa de tomate contiene un ácido similar al vinagre. La consistencia del kétchup también lo hace bueno para objetos que serían difíciles (o imposibles) de sumergir en un baño de vinagre.
Sin embargo, una advertencia: si bien el kétchup no es peligroso para la vida silvestre, podría atraer insectos y animales debido al azúcar que contiene. Si estás haciendo esto afuera, es posible que desees cubrir el área para que no termine con un problema mayor que las manchas de óxido.
3. Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio también se puede usar para eliminar el óxido: haz una pasta espesa con bicarbonato y agua y déjala sobre la superficie oxidada durante aproximadamente una hora, luego cepilla las manchas de óxido.
Esto puede funcionar especialmente bien para los tipos de metal más delgados que están manchados, pero también ayudará con las herramientas que tienen superficies irregulares ya que puedes colocar la pasta en los rincones y grietas.
4. Sal y el jugo de limón
El método de jugo de limón y sal para eliminar el óxido es una buena opción si tienes una cantidad menor de óxido o una superficie plana con óxido. Es más difícil entrar en espacios reducidos que las pastas o los baños, y no se puede dejar en la superficie por mucho tiempo, así que debes usarlo con cuidado.
Exprime un poco de jugo de limón sobre la superficie afectada, luego espolvorea un poco de sal antes de agregar más jugo de limón. El ácido cítrico en el jugo de limón reaccionará con el óxido, permitiéndote limpiarlo con un estropajo o un cepillo. Asegúrate de eliminar toda la mezcla, ya que también puede reaccionar con el metal no afectado y causar daños.
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