Cocinar el pollo con la piel le añadirá un plus de sabor. (Foto: Pixabay)
Cocinar el pollo con la piel le añadirá un plus de sabor. (Foto: Pixabay)
Oscar Guerrero Tello

A la hora de cocinar el pollo debemos tener mucho cuidado. Normalmente sabemos cómo hacerlo ya que no es una tarea muy difícil, pero a veces necesitamos unos para que no falle ningún detalle al momento del almuerzo o la cena. Hoy en Mag queremos contarte por qué no debes quitar los huesos y la piel al pollo antes de cocinarlo. Así que toma nota.

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El pollo, a pesar de ser una de las carnes que más se consumen en el mundo, es también una de las que más se maltratan a la hora de cocinarlas y manipularlas en casa. Por alguna razón la carne de esta ave no es tratada con el mismo mimo o respeto que otros productos que son mucho más caros.

Por qué no quitar los huesos y la piel del pollo

Comer carne de pollo poco cocinada es riesgoso para nuestra salud. Pero cuando está demasiado hecha, arruinamos su jugosidad y sabor, porque pierde toda la humedad. Para evitar que el filete quede seco como una suela de zapato, hay que intentar que conserve parte del líquido que contiene.

Una buena forma de conseguir que la carne conserve parte del líquido que contiene es cocinarla con la piel y los huesos. Muchos quitan la piel para evitar tentaciones, pero no deberían: la piel da sabor al plato aunque no te la comas y protege al pollo del calor excesivo, ayudando a mantener la humedad.

Cocinar el pollo con hueso le añadirá un plus de sabor. (Foto: Pixabay/Rita).
Cocinar el pollo con hueso le añadirá un plus de sabor. (Foto: Pixabay/Rita).

Los huesos también absorben calor, lo que aumentará el tiempo de preparación pero quedará exquisito. El hueso es conductor del calor, si es uno exterior que está en contacto con el fuego, se calienta y transmite la temperatura a la carne, con lo cual mejora la cocción y quedará mucho más rico.

Aunque no tengamos intención alguna de comer la piel y, evidentemente los huesos tampoco se vayan a comer, si cocinamos la carne de esta ave con ellos, siempre tendremos un pollo más jugoso que si retiramos ambas parte, sobre todo cuando se trate de asarlo en el horno o cocinarlo en las brasas.

¿Qué puedo hacer con la piel y los huesos del pollo?

El caldo de pollo hecho con los huesos es una base deliciosa para sopas y salsas. Puedes congelarlo o enlatarlo a presión para utilizarlo en el futuro. Si tienes poco tiempo, guarda los huesos de pollo en un recipiente para congelador y mantenlos congelados hasta que vayas a hacer el caldo.

¿Qué aportan 100 gramos de pollo?

Se sabe que el pollo cuenta con un gran valor nutricional. Por ejemplo, por cada 100 gramos de producto, la carne de pollo cruda y sin piel contiene: 125 kilocalorías de media si nos fijamos en el pollo entero, puesto que la pechuga es un poco más baja en calorías y contiene 112 kilocalorías por 100 gramos. En tanto, 76 miligramos de sodio, que es la media de las carnes blancas.

¿Cómo se debe congelar el pollo?

Ahora es el momento de explicar los infalibles consejos para conservar el pollo en perfecto estado dentro del refrigerador. Lo primero que necesitas hacer es envolverlo en un empaque hermético y guardarlo en el inferior de la nevera. Eso sí, debe estar lejos de otros alimentos.

Asimismo, los expertos no recomiendan dejar el pollo a temperatura ambiente, pues promueve el crecimiento de bacterias. Debido a ello, es importante que se encuentre por debajo de los 4°C . Si piensas realizar un viaje largo y compraste este alimento, lo mejor es que lleves una bolsa hermética para evitar que pierda la calidad.

¿Qué pasa si un perro come alimento de pollo?

Los huesos de pollo para perros, y cualquier otro aunque en menor medida, pueden provocar oclusiones y perforaciones intestinales, especialmente los huesos cocinados. Es por ese motivo que no se recomienda pollo en las mascotas porque pueden ocasionar atragantamientos.

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