Mitch Byers es un hombre de Portland, Estados Unidos, que viaja por todo el país junto a su perrita. Su caso no tendría nada de extraño, sino fuera porque el animal ya no vive desde hace 8 años.
En 2013, el joven, ahora de 35 años, recibió la trágica noticia de que Phoebe, la mascota de la familia, había fallecido tras una larga agonía. Ante esta situación, la madre de Mitch pidió que el can fuera llevado a un taxidermista debido al vínculo que tenían con el animal, indicó el medio Daily Mail.
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Fue así como, luego de ver el resultado, la familia volvió a aceptar a Phoebe, aunque esta vez disecada.
Mitch explicó que, justo en ese momento, estaba pasando por una dura ruptura sentimental, por lo que no dudó en llevarse el cuerpo disecado del can como si fuera una compañera de viajes.
Durante uno de sus viajes en 2018, Phoebe y Mitch se volvieron virales por primera vez. El cuerpo de la perrita ocupaba el asiento del copiloto y el hombre, consciente del peligro que existe en dejar a perros encerrados en el coche en días calurosos, decidió pegar un cartel en la ventana que daría la vuelta al mundo.
En el mensaje, advertía que no era necesario romper el cristal dado que el animal “estaba disecado”. Además, decía que “ella está pasando un gran tiempo mirando por la ventana” y que “no hace falta preocuparse”.
Hoy en día, Phoebe y Mitch continúan viajando y mostrando su vida diaria mediante la cuenta de Instagram “Mi perra muerta y yo”, donde acumulan más de 17 mil seguidores.
Como es de suponer, los comentarios que recibe el joven se dividen entre quienes toman con humor su decisión y también quienes lo critican al punto de asegurar que esta “amistad” es por lo menos “preocupante” e incluso “perturbadora”.