Bad Bunny dará una gira por varios países de Latinoamérica este 2022, lo que ha desatado la locura entre los fans del ‘Conejo Malo’. Como suele suceder, algunos fans están dispuestos a hacer de todo para conseguir entradas, como unas jóvenes de México que hicieron fila sin tener dinero para comprar boletos. Según explicaron, esperan a que alguien “se apiade” de ellas.
La curiosa situación fue dada a conocer por el vloger Alejandro Villanueva Madness, quien había llegado a las inmediaciones de la Arena Monterrey para ver cómo se desarrollaba la venta de entradas que tiene programada iniciarse el 10 de febrero.
Recorriendo el lugar, se encontró con Melissa y Shanik, dos jóvenes que aseguraron carecer de los medios para poder adquirir los boletos. “Tenemos una buena causa, no tenemos dinero para el boleto, pero estamos haciendo fila con la esperanza de que otra gente se apiade de nosotras y nos pueda depositar para alcanzar nuestro boleto”, dijo Shanik.
No tienen dinero, pero hicieron fila para comprar entradas de Bad Bunny
Las chicas incluso compartieron su número de cuenta con la esperanza de que alguna persona les haga una transferencia.
“Tenemos fe en la gente de Monterrey, confiamos en las personas, que son buenas personas, que todavía quedan buenas personas en el mundo”, agregaron las jóvenes, quienes se mostraron entusiasmadas por lograr su meta, la cual no se limita a un boleto económico, sino a poder comprar los de la zona más cercana al escenario.
¿Por qué Bad Bunny es tan famoso?
Bad Bunny empezó a ganar reconocimiento en 2016 con sus canciones Diles (2016) y Soy Peor (2016). Según la edición mexicana de Vogue, su éxito ya era notable para 2018, cuando colaboró con la rapera Cardi B y el artista J Balvin en la canción I Like It (2018), esta entró en el número uno de la lista Hot 100 de Billboard.
¿Cuál es la canción más vulgar de Bad Bunny?
De forma oficial, reporta la edición mexicana de la revista GQ, la agencia gubernamental encargada, retiró el sencillo “Estamos Clear” de Bad Bunny de radio, televisión y revistas, alegando “prolongado y repetitivo uso del lenguaje vulgar con descripciones perversas dañinas para jóvenes y adolescentes”.