En más de una oportunidad, se han dado a conocer casos de personas que están dispuestas a hacer de todo para conseguir popularidad en las redes sociales. Lo sucedido recientemente con el influencer chino Wang Chan es un ejemplo más de ello.
Hace algunos días, este joven, conocido en China por realizar acrobacias peligrosas, como hurgar en nidos de avispas sin ropa protectora, decidió grabarse comiendo una avispa viva con dos palillos.
Mediante su cuenta de Douyin, que viene a ser la versión china de TikTok, Wang difundió el video en cuestión. En las imágenes se le puede ver bastante dudoso en un inicio; sin embargo, tras varios segundos de espera, se metió el insecto en la boca.
Así, el influencer terminó escupiendo la avispa luego de ser picado. Poco después, se le puede ver con el rostro desfigurado, con los labios muy hinchados y con un ojo totalmente tapado.
“No lo intenten en casa”, dice la leyenda del clip que, aunque fue eliminado, se viralizó en Twitter gracias a otros usuarios.
Mira el video viral de un influencer que se comió una avispa viva
El registro causó que la cuenta de Wang fuera eliminada de TikTok, luego de que varios internautas denunciaran la publicación.
Otra influencer envuelta en polémica
Semanas atrás, otra influencer causó polémica en las redes sociales tras grabarse llorando y pidiendo que alguien la mantenga. La joven, identificada como Nahir Lorenzetti, aseguró que no le agrada trabajar.
Mediante un video que publicó en su cuenta personal de TikTok (@asadodefasouwu), la usuaria, también conocida como Nani, aseguró que ella siente que ha nacido “para otra cosa” y que no haría la petición si no fuera “realmente urgente”.
“Por favor, esto es un llamado a la solidaridad. Yo no haría esto si no fuera realmente urgente. Necesito que alguien me mantenga, porque no me gusta trabajar. Yo siento que nací para otra cosa. No sé, necesita una solución, es muy difícil todo esto”, dijo la tiktoker.
Mientras que algunas personas le expresaron su apoyo, otros optaron por burlarse de la situación y algunos no dejaban de preguntar si se trató de un pedido real o de una broma.