Al ser una actividad que se practica en un entorno 100% natural, el deporte de aventura suele tener cierto grado de riesgo, dependiendo del lugar en que se lleva a cabo. La fauna juega un papel importante y, si no se toman en cuenta ciertas recomendaciones, pueden ocurrir escenas dignas de una película de acción, tal como le ocurrió a un hombre que se encontró cara a cara con dos pumas salvajes.
Según informa el medio Río Negro, se trata de un sujeto que había viajado a una zona alejada de Torres del Paine, en Chile, para dar un paseo.
En cierto punto del trayecto, observó que los dos animales se acercaban hacia él, justo en el momento en que hacía una toma panorámica del sector.
Pese al aterrador encuentro, el hombre no dejó de grabar y captó cómo los dos felinos pasaron cerca suyo y continuaron su camino en medio de los matorrales.
El clip fue difundido en redes sociales y no tardó en volverse viral.
Qué hacer al encontrarnos con un animal salvaje en la naturaleza
Normalmente solo se trata de un breve contacto visual o un avistamiento lejano, y es que son raras las ocasiones en las que podemos ver de cerca un animal salvaje. Por lo general, son tímidos y ya sea por su capacidad auditiva, olfativa o visual, acostumbran a percibir nuestra presencia mucho antes de que nosotros podamos notar la suya, señala el portal c-and-a.com.
En el raro caso de que te encuentres a poca distancia de un animal salvaje, debes actuar respetando al animal y velando por tu propia seguridad. Cuando estás en medio del bosque, estás invadiendo el hogar de la fauna salvaje, ya que lo que para ti es una zona de ocio y recreo, es a la vez el hábitat principal de los animales.
Por eso, hay que tomarse en serio las advertencias e instrucciones de los paneles informativos que podamos encontrar y conviene respetar siempre las normas básicas de comportamiento en la naturaleza. Esto es lo esencial a tener en cuenta:
- Recoger la basura que producimos.
- Vayamos a pie o en bicicleta, no salirse del sendero.
- No alimentar a los animales salvajes.
- Mantener a los perros atados con correa y alejados de la fauna salvaje.
La obligación de recoger tu basura y no dejarla en el bosque no es solo para preservar la belleza del paisaje. Dejar envoltorios de plástico, latas vacías y objetos similares puede provocar que algún animal resulte herido. Por ejemplo, la cornamenta de los ciervos puede enredarse con los restos de basura o la boca de un zorro puede quedar atascada en latas o tazas que encuentre en el suelo. Además, los desechos pueden causar lesiones gastrointestinales a los animales.
Por otro lado, es importante seguir los caminos marcados en todo momento para no perturbar la tranquilidad de la fauna salvaje. La mayoría de animales del bosque están acostumbrados a la presencia de personas por los senderos, donde no representamos una amenaza para ellos. Para respetar el hábitat de los animales, tampoco deberías pasar demasiado rato por los márgenes del camino, ya que son el lugar favorito de muchos de ellos.
La norma de no dar de comer ni de beber a la fauna salvaje tiene una justificación: si les das comida y la aceptan de forma amistosa, quizá la reclamarán agresivamente al próximo caminante que pase por la zona. Para evitar empezar esta peligrosa cadena, la consigna es clara: ¡prohibido alimentarlos!
El hecho de tener que llevar a los perros con correa atiende a dos razones. Por un lado, evitamos que salgan corriendo tras un animal salvaje, evitando así un estrés innecesario tanto a ti como al animal en cuestión. Por otro lado, puede ocurrir que algunas aves rapaces identifiquen a los perros particularmente pequeños como una presa.
¿Puede una persona luchar contra un puma?
Los humanos son capaces de defenderse de los pumas, ya que los humanos adultos son generalmente más grandes. Incluso es posible que los humanos ganen una pelea contra un puma, como el caso de Travis Kauffman, quien asfixió a un puma hasta matarlo cuando lo atacaron mientras trotaba, detalla Wikipedia.
¿Los pumas suelen atacar a los humanos?
Los encuentros humanos con pumas son raros y el riesgo de un ataque es infinitamente pequeño. Es más probable que se ahogue en la bañera, que lo mate un perro o que le caiga un rayo. Si los leones tuvieran un impulso natural de cazar personas, habría ataques todos los días. En cambio, nos evitan, precisa el sitio web mountainlion.org.