La japonesa Chisako Kakehi, de 72 años, usaba cianuro para matar a sus amantes, a quienes quería arrebatarle millones en herencias y seguros de vida. Pero la historia de esta “viuda negra”, que ha sido comparada con las arañas que matan a sus parejas después de la cópula, está cerca de llegar a su fin. La justicia de Osaka rechazó una apelación de la mujer para revocar la pena de muerte que pesa sobre ella por la muerte de tres hombres y el intento de asesinato de otro.
Kakehi, llamada la ‘viuda negra’ de Kioto, será ejecutada en la horca. Cuando escuchó su condena a muerte en noviembre del 2017 la mujer no mostró ninguna emoción. El año pasado, varios exámenes médicos confirmaron que Kakehi sufría demencia, pero en un estado precoz.
MIRA: Tribunal Supremo de Japón confirma la pena de muerte para Chisako Kakehi, la ‘Viuda negra de Kioto’
La fiscalía aseguró que la septuagenaria mataba a sus amantes tras haber procurado que la designaran como heredera de su patrimonio tras su muerte. En más de una década logró amasar una fortuna de 1.000 millones de yenes (unos 8,7 millones de dólares) al cobrar los seguros de vida de sus cónyuges y heredar sus bienes inmobiliarios y depósitos bancarios, según la prensa japonesa.
A continuación, repasamos otros casos famosos de mujeres que asesinaron a sus parejas por dinero.
Mary Ann Cotton (Reino Unido)
Considerada la primera asesina en serie de Gran Bretaña, la enfermera británica Mary Ann Cotton mató a unas 21 personas, incluyendo a cuatro esposos, 11 hijos y dos amantes. El resto fueron familiares cercanos a ella. Por lo general envenenaba a sus víctimas con arsénico y culpaba a los decesos de fiebre intestinal.
Según el diario ABC, diversos estudios aseguran que la enfermera británica acabó con sus víctimas sin ningún tipo de remordimiento, y, si bien los motivos no están del todo claros, se presume que el cobro de los seguros de vida de sus maridos está detrás de todo.
Murió en la horca el 24 de marzo de 1873.
Belle Gunness (EE.UU.)
A Belle Gunness, nacida en Noruega 1859, se le atribuyen más de 60 crímenes, entre ellos los asesinatos de sus hijos y dos maridos. Su historia como ‘viuda negra’ empezó cuando su primer marido falleció y le dejó un seguro de vida. Ella ya vivía en Estados Unidos. Se volvió a casar, pero su esposo murió “accidentalmente”, así que ella volvió a cobrar el seguro.
Gunness es conocida por captar a sus víctimas con anuncios en la prensa. “Viuda, rica, atractiva, joven y dueña de una granja busca esposo”, era uno de los avisos que puso en el periódico. Finalmente, todos los pretendientes que la visitaban desaparecían.
La mujer, que se cree murió en un incendio, fue acusada de los crímenes tras el hallazgo de cerca de 40 cuerpos en una fosa. La policía especula que el objetivo de Gunness era siempre obtener la herencia de sus pretendientes.
Lydia Anna Mae Trueblood (EE.UU.)
Oriunda de un pueblo llamado Pocatello, en el estado de Idaho, Lydia Anna Mae Trueblood mató a cinco de sus maridos, a su cuñado y a su única hija, todos envenenados con arsénico.
La policía encontró a Lydia viviendo en Hawái con su sexto marido. Fue arrestada y trasladada a Estados Unidos para enfrentar un juicio.
La corte, que la condenó a cadena perpetua, señaló que el móvil de los asesinatos fue el dinero, pues el seguro siempre fue cobrado por la viuda.
Elisa McNabney (EE.UU.)
Cuando el exitoso abogado Larry McNabney desapareció en setiembre del 2001 en California, su esposa, Elisa, contó a su familia y colegas diferentes relatos de dónde estaba: de vacaciones en Puerto Rico, de fiesta en Las Vegas o incluso que se había unido a una secta.
Tres meses después el cuerpo de Larry, que tenía acostumbrada a su mujer a lujosos viajes y experiencias, fue encontrado en una tumba poco profunda, pero para entonces Elisa ya se había ido.
Las autoridades determinaron que la mujer y una de sus asistentes lo envenenaron para quedarse con todo el dinero del abogado. Elisa, la esposa, que en realidad se llamaba Laren Renee Sims y tenía antecedentes penales, fue encarcelada y se suicidó.
Martha Needle (Australia)
Hace poco más de un siglo, la australiana Martha Needle, nacida en 1863, envenenó cuidadosa y sistemáticamente a toda su familia, ganándose el título de una de las peores ‘viudas negras’ del mundo.
Asesinó a su esposo, de quien cobró un seguro de vida, y tres hijas pequeñas, junto con el hermano de su nuevo prometido. Los envenenaba mientras aparentemente se dedicaba a cuidar a sus seres queridos afectados.
La policía llegó a la conclusión de que las muertes de su hija y de su ex esposo también fueron provocadas por arsénico en sus alimentos. Murió en la horca. Tenía 30 años de edad.
Betty Neumar (EE.UU.)
Acusada de la muerte de sus cinco maridos, entre 1970 y el 2007, Betty Neumar murió sin ser juzgada. Muchos de los fallecidos, cuyos decesos ocurrieron en cinco estados de Estados Unidos, tenían cuantiosos seguros de vida que la beneficiaban a ella.
El caso de Neumar nunca fue resuelto debido a que ella falleció en el 2011 por una enfermedad “no revelada”.
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