Decenas de manifestantes murieron a manos de la policía y más de mil resultaron heridos en Kazajistán, indicaron este jueves las autoridades, el mismo día en que Rusia y sus aliados enviaron tropas para hacer frente a los violentos disturbios en el país. La cólera, que comenzó el domingo en zonas provinciales por el aumento de los precios del gas, se extendió a la mayor ciudad del país, Almaty, donde se convirtió en revuelta, con los manifestantes tomando edificios del gobierno y, brevemente, el aeropuerto, a medida que aumentaban los saqueos.
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Ante el caos, la vecina Rusia y sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) anunciaron el jueves el envío a Kazajistán del primer contingente de una “fuerza colectiva de mantenimiento de la paz”, a petición del gobierno autoritario de este país centroasiático.
El contingente, formado por tropas rusas, bielorrusas, armenias, tayikas y kirguisas, tendrá la misión de “proteger las instalaciones estatales y militares” y “ayudar a las fuerzas del orden kazajas a estabilizar la situación y restablecer el estado de Derecho”.
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El presidente kazajo, Kassym Jomart Tokayev, no ha logrado hasta ahora sofocar las protestas, a pesar de concesiones sobre los precios del gas, de la dimisión del gobierno y de la introducción del estado de emergencia y el toque de queda nocturno en el país.
El jueves, la policía informó de que “decenas” de manifestantes habían muerto cuando intentaban tomar edificios administrativos y comisarías.
El ministerio de Salud indicó de que había más de mil heridos, entre ellos 62 en cuidados intensivos.
Además 13 miembros de las fuerzas de seguridad murieron, dos de los cuales fueron encontrados decapitados, y 353 resultaron heridos, según la televisión estatal.
Medidas de emergencia
Las imágenes difundidas por los medios y las redes sociales mostraban escenas de caos, con tiendas saqueadas y algunos edificios administrativos asaltados e incendiados en Almaty, capital económica del país, mientras se oían disparos de armas automáticas.
La portavoz del Banco Central, Oljassa Ramazanova, anunció la suspensión del trabajo de todas las instituciones financieras del país, donde internet no funciona.
Los aeropuertos de Almaty, de las ciudades de Aktobe y Aktau y de la capital, Nursultán, no estaban operativos el jueves tras la cancelación de los vuelos el día anterior.
Como consecuencia del caos, el precio del uranio, del que Kazajistán es uno de los principales productores mundiales, subió bruscamente, mientras que las cotizaciones de las empresas nacionales se desplomaron en la bolsa de Londres.
El país es además un centro de la minería de bitcoines, una actividad que también está experimentando una fuerte caída.
El presidente kazajo introdujo el jueves medidas de emergencia para “estabilizar el trabajo de los servicios públicos, el transporte y las infraestructuras”, reforzar la preparación de las fuerzas de seguridad y restablecer el trabajo de los bancos.
Se prohibió además la exportación de ciertos tipos de alimentos para estabilizar los precios.
Tokayev dijo el miércoles que “bandas terroristas” que habían “recibido un amplio entrenamiento en el extranjero” estaban liderando las protestas.
“Grupos de elementos criminales golpean a nuestros soldados, los humillan, los arrastran desnudos por las calles, agreden a las mujeres y saquean los comercios”, dijo en un discurso televisado.
Edificios incendiados
En las últimas noches, la policía había disparado granadas aturdidoras y gases lacrimógenos contra la multitud, pero no logró impedir que irrumpieran algunos edificios administrativos.
Según medios y testigos en las redes sociales los manifestantes se dirigieron al ayuntamiento y a la residencia presidencial de Almaty, entre otros lugares, y les prendieron fuego. Cinco cadenas de televisión fueron saqueadas.
El jueves era imposible obtener una imagen completa de la situación en el país. Periodistas y testigos no pudieron ser localizados por internet o por teléfono, ambos cortados.
La ira de los manifestantes se dirige en particular al expresidente Nursultán Nazarbáyev, de 81 años, que gobernó el país de 1989 a 2019 y mantiene una gran influencia. Se le considera el mentor del actual presidente Tokayev.
Kazajistán, la mayor de las cinco antiguas repúblicas soviéticas de Asia central y la mayor economía de la región, tiene una gran minoría rusa y es de crucial importancia económica y geopolítica para Rusia.
Moscú pidió el miércoles que la crisis se resuelva mediante el diálogo “y no con disturbios callejeros y violando las leyes”.
Estados Unidos y la Unión Europea pidieron “moderación” a todas las partes.
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