Un accidente ferroviario, que provocó a su vez una fuga química, registrado a inicios de mes despertó no solo una enorme preocupación por los efectos que tendría en la salud de los habitantes cercanos al lugar del siniestro sino también un sinfín de teorías en las que incluso se acusaba al Gobierno de Estados Unidos de intentar ocultar la verdadera dimensión de la catástrofe.
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Dos semanas más tarde, los hechos comienzan a aclararse en torno al desastre de East Palestine, Ohio, por lo que en este artículo podrás entender qué fue lo que sucedió aquel 3 de febrero y cómo ha ido evolucionando la situación a lo largo de estos días.
EL DÍA DEL ACCIDENTE
Minutos antes de las 9 de la noche del 3 de febrero, un tren de la compañía Norfolk Southern se descarriló cerca del pueblo de East Palestine, en el estado de Ohio.
En dicho poblado, cercano a la frontera estatal con Pensilvania, viven unas 4.800 personas. Desde el primer momento se informó que ninguna persona había resultado herida o fallecido a causa del accidente.
El tren llevaba 150 vagones, en los que transportaba materiales variados como cemento, acero o vegetales; sin embargo, en 20 de ellos se transportaba material químico según informó la semana pasada la Junta de Seguridad Nacional de Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés).
De esa veintena de vagones, se llegaron a descarrilar 11 que causaron el derrame de benceno, éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo, isobutileno y acrilato de butilo, detalló la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA).
Adicionalmente, se registró un incendio esa misma noche.
Aunque aún no ha emitido un informe final, la NTSB sospecha que el accidente se produjo por el fallo de una de las ruedas del tren. Un video registrado por las cámaras de seguridad de un negocio ubicado a 30 kilómetros del lugar del siniestro muestran a algunas ruedas del tren prendidas en llamas.
"Entre los vagones que se vieron afectados por el descarrilamiento se encontraban algunos que transportaban benceno, éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo, isobutileno y acrilato de butilo".
RESPUESTA DE LAS AUTORIDADES
El siniestro produjo pánico entre la población desde el primer momento. Las autoridades, mientras tanto, ordenaron la evacuación de todas las personas que se encuentren en un radio de 3 kilómetros a la redonda.
Además, decidieron realizar la “liberación controlada” de cloruro de vinilo ante el temor de que uno de los vagones afectados, que transportaba esta peligrosa sustancia, explotara por las altas temperaturas.
Al quemarse, el cloruro de vinilo puede producir otras sustancias tales como el cloruro de hidrógeno y fosgeno, las mismas que pueden provocar daños corrosivos en los ojos, piel y tejidos respiratorios o incluso la muerte.
El mismo cloruro de vinilo es, además, considerada una sustancia con altas probabilidades de provocar cáncer en quien tenga contacto con él.
EPA detalló, por otra parte, que los otros químicos derramados en el lugar podían causar irritación, mareos, dolores de cabeza, náuseas y vómitos al ser aspirados.
La “liberación controlada” de cloruro de vinilo se produjo el 6 de febrero y el 8 los bomberos reportaron que el fuego había sido controlado en su totalidad.
"Tras el siniestro, las autoridades decidieron realizar una 'quema controlada' por temor a que el cloruro de vinilo se queme y produzca cloruro de hidrógeno y fosgeno. Ambas sustancias podrían ser letales".
TEORÍAS DE ENCUBRIMIENTO
Luego de controlar las llamas, EPA aseguró que su equipo de expertos en la zona habían realizado una medición del aire y no detectaron “ningún nivel que pueda preocupar”.
Además, los expertos habrían visitado 500 casas en búsqueda de residuos de cloruro de vinilo o cloruro de hidrógeno en el ambiente sin hallarlo en ningún caso.
Sin embargo, en los días posteriores al desastre la directora del Departamento de Recursos Naturales de Ohio informó que al menos 3.500 peces murieron en fuentes de agua cercanas.
Por otro lado, incrementaron exponencialmente los reportes de vecinos que denunciaban que sus mascotas mostraban signos de envenenamientos y algunas incluso estaban muriendo.
Al mismo tiempo, tanto los habitantes como los reporteros que han visitado el lugar han advertido que en el ambiente se percibe un fuerte olor a cloro.
Esta situación ha provocado que varios vecinos se resistan a volver a sus hogares y a que los que sí lo han hecho no consuman agua de los caños por temor a contaminarse.
Por otro lado, la situación ha alimentado una serie de teorías en contra del Gobierno Federal de Estados Unidos, quienes las apoyan aseguran que Washington ha intentado ocultar el desastre mediante la repentina aparición de “objetos voladores no identificados” que provocaron un pico de tensión con China.
Otros tantos esgriman que el accidente fue causado por negligencia del gobierno al ser advertidos sobre la necesidad de mantenimiento de las vías del tren.
Finalmente, hay un grupo que asegura que sus autoridades estarían dispuestas a envenenarlos con aire y agua contaminada con tal de que el escándalo no sea aún mayor.
Todas estas inquietudes llevó a que a inicios de la semana pasada, cientos de vecinos se reúnan en una escuela local exigiendo a las autoridades que respondan.
El senador por Ohio, el demócrata Sherrod Brown, reiteró el domingo durante una entrevista con CNN que los niveles medidos por los expertos eran correctos, pero agregó que los vecinos “tienen el derecho de permanecer escépticos”.
PREOCUPACIONES A FUTURO
La compañía Norfolk Southern ha prometido pagarle mil dólares a cada vecino de East Palestine a modo de reparación por los daños causados con el accidente, además de continuar con las labores de limpieza en suelos y aguas hasta que estén totalmente limpias.
Pero la preocupación de los vecinos -y también de otros poblados cercanos a East Palestine- no pasa por lo financiero, sino principalmente por lo sanitario.
El director del Departamento de Salud de Ohio, Bruce Vanderhoff, advirtió en una rueda de prensa el martes que los residentes preocupados por los olores persistentes o los dolores de cabeza desde el descarrilamiento deben saber que éstos pueden ser provocados por niveles de contaminantes en el aire muy por debajo de lo que es inseguro.
Por otro lado, EPA ha indicado que las cantidades de contaminantes encontradas hasta ahora en el río Ohio no representan un riesgo para las ciudades que dependen de él como fuente de agua potable.
En cuanto a East Palestine, las autoridades locales recordaron a la población que el agua que consumen proviene de pozos subterráneos reforzados por una gruesa capa de concreto, lo que evitó que sean contaminados durante el accidente.
Desde la Casa Blanca, además, han anunciado que los responsables federales, estatales y locales cuentan con todo el apoyo del Gobierno Federal para evaluar la salud de las personas que estuvieron expuestas o potencialmente expuestas a sustancias químicas.
Este pronunciamiento fue una respuesta a la solicitud del gobernador de Ohio, el republicano Mike DeWine, al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
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