El último viernes, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, declaró el estado de emergencia en la ciudad ante la “situación de crisis” provocada por la masiva llegada de migrantes enviados en buses desde la frontera sur de Estados Unidos, lo que ha puesto al borde del colapso al sistema de acogida de la Gran Manzana.
MIRA: Nueva York declara estado de emergencia ante la llegada de miles de migrantes
“Esta es una crisis humanitaria que comenzó por la violencia e inestabilidad en Sudamérica y está siendo acelerada por la dinámica política estadounidense. Miles de solicitantes de asilo han sido transportados en autobuses a la ciudad de Nueva York y simplemente los han dejado sin previo aviso, coordinación o atención, y cada día llegan más. Esta crisis no la creamos nosotros, pero nos afectará a todos en esta ciudad, ahora y en los próximos meses”, señaló Adams durante una conferencia de prensa.
Según el alcalde, actualmente hay más de 61 mil personas en los refugios neoyorquinos, entre los que se encuentran miles de personas en situación de indigencia y otros tantos miles solicitantes de asilo.
Adams responsabilizó a las autoridades que organizan los viajes en bus de estos migrantes hacia Nueva York, Washington DC o Chicago por la situación que ha puesto al borde del colapso al servicio de acogida de la ciudad.
DESAFÍO POLÍTICO
En abril de este año, el gobernador de Texas, el republicano de ala dura Greg Abbott, inició un polémico programa en el que ofrecía viajes gratis en bus a los migrantes que llegaban a su estado.
Dichos buses tenían como destino las ciudades consideradas “santuario”, conocidas así por ser urbes en las que no se cumplen las leyes de inmigración, y son financiados por el gobierno estatal.
Según CNN, hasta la primera semana de octubre Texas ha destinado más de 18 millones de dólares a financiar el transporte de los migrantes.
La estrategia de Abbott, un asiduo crítico de la política de migración del presidente Joe Biden, busca dar una lección a la Administración Federal aunque para ello deba poner en situación de vulnerabilidad a miles de personas.
Según el alcalde neoyorquino, unos 17 mil solicitantes de asilo han llegado en buses provenientes de la frontera sur del país a la Gran Manzana desde abril.
Un portavoz del gobernador Abbott detalló a la BBC que cerca de 3.100 migrantes fueron enviados desde su estado a Nueva York a bordo de más de 60 autobuses, además aseguró que “la verdadera emergencia está en la frontera sur de nuestra nación, donde los pequeños pueblos fronterizos de Texas son invadidos y abrumados por cientos de migrantes todos los días cuando la administración Biden los arroja a sus comunidades”.
Otros estados como Arizona y Florida, también gobernados por representantes republicanos, han implementado programas similares a los de Abbott.
En junio de este año, Ariel Ruiz, analista de políticas públicas del Migration Policy Institute de Washington DC, comentó a El Comercio que esta situación “expone a personas que no tienen nada que ver con la situación política”.
“No se les da la información correcta sobre el lugar al que llegarán y por cuánto tiempo. Incluso, si alguna de ellas tienen audiencia en el tribunal de asilo pueden perder su caso por no presentarse. En términos humanitarios, no reciben suficiente comida en el trayecto. Pero además la situación de calle los podría afectar después”, alertó desde entonces el experto, quien ya avizoraba que el sistema de acogida en los estados no soportaría por mucho tiempo el irregular flujo de llegada.
“Desde principios de septiembre hemos visto un promedio de cinco a seis autobuses por día. Ayer llegaron al menos nueve buses”, explicaba Adams durante su alocución del viernes.
MEDIDAS DE EMERGENCIA
Según el alcalde neoyorquino, el servicio de refugios de la ciudad se encuentra operando a cerca del 100% de su capacidad y estima que si la situación no cambia para el próximo año tendrá que atender a más de 100 mil personas. “Eso es mucho más de lo que el sistema fue diseñado para manejar. esto es insostenible”, señaló.
Adams anticipa que la ciudad gastará al menos mil millones de dólares para hacer frente a esta situación. Para ello, ha solicitado acceso a fondos estatales y federales.
Sin embargo, no solo se necesita dinero sino también recursos logísticos.
Para ello, la alcaldía estableció 42 hoteles como refugios de emergencia, implementado servicios de atención sanitaria y acompañamiento, incluido a más de 5.500 niños en el sistema educativo y brindado orientación legal.
Adicionalmente, se encuentran negociando con cuatro empresas de cruceros para alojar a los migrantes que continuarán llegando en los próximos días, reportó la agencia EFE.
Por otro lado, Adams anunció que se viene evaluando un sistema de acogida voluntaria para que los neoyorquinos puedan recibir temporalmente en sus casas a los solicitantes de asilo.
El alcalde, además, solicitó asistencia para que la ciudad pueda acelerar su emisión de permisos de trabajo y un “esfuerzo bipartidista” para diseñar una estrategia que permita reubicar a los migrantes en diferentes ciudades del país.
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