Entre noviembre del 2021 y agosto de este año, cuatro hombres musulmanes fueron asesinados en la ciudad de Albuquerque, Nuevo México, en lo que las autoridades catalogaron como asesinatos por objetivos. Hasta el domingo, la policía solo tenía como pista la presencia de un automóvil cerca de una de las escenas del crimen.
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Ante el temor de enfrentarse a un asesino serial, publicaron una fotografía del auto el domingo y al día siguiente abrieron un portal web de evidencias, a través del cual la población podría enviar fotos o videos que ayuden a resolver los casos. A cambio se ofrecía una recompensa de US$30 mil.
La estrategia tuvo éxito este martes, cuando el Departamento de Policía de Alburqueque anunció que había arrestado al principal sospechoso de los crímenes.
EL ARRESTO DE SYED
El asesinato a tiros de un joven de 25 años el último sábado permitió a la policía conseguir su primera pista en esta serie de asesinatos. Un Volkswagen Jetta de color plomo y cristales tintados había sido visto cerca de la escena del crimen.
Tan solo un día después de la publicación, el jefe policial de Albuquerque, Harold Medina, anunció a través de su cuenta en Twitter que habían conseguido localizar el vehículo y detener al sospechoso. Más tarde el mismo día, Medina detalló en una rueda de prensa que el detenido era Muhammad Syed, un hombre musulmán de 51 años a quien acusaron de dos de los homicidios y no descartan que pueda estar involucrado en los restantes.
La policía sospecha que Syed pertenece a la rama suní y habría estado dirigiendo sus crímenes hacia musulmanes chiitas. Además, motivos personales entre el sospechoso y las víctimas habrían provocado los crímenes.
El allanamiento al vehículo y domicilio de Syed le permitió a la policía encontrar evidencia que lo vincula a dos de los crímenes.
“Los detectives descubrieron evidencia que muestra que el delincuente conocía a las víctimas hasta cierto punto y que un conflicto interpersonal pudo haber llevado a los tiroteos”, dijo Medina.
LAS VÍCTIMAS
En la medianoche de viernes para sábado de la semana pasada, la policía respondió a un llamado por tiroteos en el cruce de la calle Truman y la avenida Grand.
Apenas dos días antes, los oficiales habían anunciado que se encontraban investigando tres homicidios de hombres musulmanes ocurridos en los últimos meses.
La víctima de este último crimen fue identificado como Naeem Hussain, originario del sur asiático. Cuando la policía llegó a la escena del crimen, el joven ya no presentaba signos vitales.
“Los investigadores creen que el asesinato del viernes puede estar relacionado con tres asesinatos recientes de hombres musulmanes también del sur de Asia”, señaló la policía.
El 4 de agosto, el Departamento de Policía de Albuquerque informó que el FBI los apoyaba en las investigaciones por un asesinato del lunes 1 de agosto. La víctima había sido identificada como Muhammed Afzaal Hussain, paquistaní de 27 años.
Afzaal había sido asesinado a tiros frente a su negocio. Un método similar al utilizado con Aftab Hussein, de 41 años y también de nacionalidad paquistaní, que encontraron muerto el 26 de julio.
“Ambos fueron asesinados en el sudeste de Albuquerque”, detalló la policía.
El perfil de las víctimas llevó a que los detectives reabrieran un caso registrado el 7 de noviembre del 2021 y del que aún no se había encontrado a un responsable. La víctima de entonces fue Mohammad Ahmadi, un afgano de 62 años abatido fuera de su negocio en el boulevard San Mateo.
Esta ola de asesinatos ha afectado a la comunidad musulmana en Albuquerque. El alcalde Tim Keller salió al frente para lamentar el impacto que los crímenes estaban teniendo en su ciudad, a la que definió como “inclusiva y de puertas abiertas para refugiados”.
“Todos condenamos estas matanzas sin sentido. … Queremos expresar nuestra solidaridad con la comunidad musulmana de Nuevo México”, dijo Keller.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también se pronunció al respecto. “Estoy enojado y entristecido por los horribles asesinatos de cuatro hombres musulmanes en Albuquerque. Mientras esperamos una investigación completa, mis oraciones están con las familias de las víctimas y mi Gobierno apoya firmemente a la comunidad musulmana. Estos odiosos ataques no tienen cabida en Estados Unidos”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
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