La embajada estadounidense en La Habana retomó este miércoles la emisión total de visas para los cubanos que deseen radicarse en Estados Unidos, en un contexto de éxodo récord a este país, pero sin señales de una “normalización” de las relaciones con la isla.
“Entramos y todo fue muy rápido. Ya tengo que buscar la visa y ya puedo viajar”, declaró eufórica a la AFP Melissa Vázquez, de 18 años, y destacó que esperó “siete años” para poder reunirse con su padre que vive en Estados Unidos.
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Para Eduardo González, la ampliación de los servicios consulares en La Habana es “favorable” para los cubanos que quieren ir a Estados Unidos, porque ya no hay que viajar un tercer país para hacer los trámites, como sucedía hasta ahora.
Reclamado por una hermana, González, de 49 años, vio su proceso de reunificación familiar interrumpido en 2017 cuando el consulado estadounidense cerró por supuestos incidentes de salud que afectaron a sus funcionarios.
“Quedé pendiente de entregar un documento” y “todavía no se si me darán solución”, dijo el miércoles con moderado optimismo.
La embajada estadounidense subrayó el viernes en un comunicado que la “expansión” de sus servicios consulares busca “garantizar una migración segura, legal y ordenada”.
Esa misión anunció en marzo la reapertura de su consulado, aviso al que siguieron varios encuentros de alto nivel sobre el tema migratorio, primero en Washington y luego en La Habana, con el objetivo de reactivar los acuerdos migratorios bilaterales, interrumpidos bajo el gobierno de Donald Trump (2017-2021).
- Sin visas de turismo -
En mayo, el consulado comenzó la entrega limitada de visas de reunificación familiar y en septiembre anunció el procesamiento completo de visados, excepto los de turismo, para enero de 2023.
“Hemos dado pasos muy discretos dirigidos a encaminar la cooperación bilateral para el cumplimiento de los acuerdos migratorios”, dijo en diciembre el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
Para el analista Michael Shifter, de la Universidad de Georgetown en Washington, “es una buena señal que los gobiernos de ambos países están conversando sobre cómo manejar los flujos migratorios de una manera ordenada y racional”.
Pero esas conversaciones “se han limitado a cuestiones migratorias, particularmente en el contexto de la aguda crisis migratoria”, advirtió Jorge Duany, experto en Cuba en la Universidad Internacional de Florida.
- Éxodo histórico -
Cuba, golpeada por la peor crisis económica en tres décadas, enfrenta su mayor éxodo migratorio.
Esas salidas se dispararon desde noviembre de 2021, cuando Nicaragua, un fuerte aliado de La Habana, eliminó el visado para los isleños, que en su mayoría vuelan a ese país centroamericano para iniciar una travesía por tierra hacia Estados Unidos.
Según cifras oficiales estadounidenses, entre diciembre de 2021 y el mismo mes de 2022, las autoridades fronterizas interceptaron en 277.594 ocasiones a cubanos que habían entrado ilegalmente al país por vía terrestre. La emigración ilegal por mar también se disparó en los últimos meses.
El gobierno cubano reconoce que Washington entregó el año pasado, por primera vez desde 2017, más de 20.000 visas de inmigrantes, cifra establecida en los acuerdos migratorios de 1994-95.
Aunque en Washington “no lo quieran reconocer, hay un vínculo directo entre el recrudecimiento de las medidas extremas contra la economía cubana y la proporción que se disparó el flujo migratorio dramático”, declaró en noviembre a la AFP la subdirectora de la cancillería cubana para Estados Unidos, Johana Tablada.
- “Camino intermedio” -
Aunque flexibilizó algunas de las disposiciones de Trump contra Cuba, el presidente estadounidense Joe Biden ha evitado retomar la política de mayor acercamiento de Barack Obama (2009-2017), de quien fue vicepresidente.
Cuando llegó a la Casa Blanca, en enero de 2021, el mandatario demócrata prometió revisar la política de su antecesor republicano hacia La Habana, pero endureció su discurso tras las protestas antigubernamentales de julio de 2021, las mayores registradas en la isla en seis décadas de régimen de partido único.
El mes pasado, Biden reiteró su reclamo de liberación de “cientos de presos políticos” tras esas protestas. Su gobierno mantiene a Cuba en una lista de países que patrocinan el terrorismo y la incluyó recientemente en otra de naciones que atentan contra la libertad religiosa.
Para Duany, “Biden está intentando recalibrar su política hacia Cuba, para trazar un camino intermedio entre la ‘presión máxima’ de Trump y el ‘acercamiento’ de Obama, pero hasta ahora los cambios en la política estadounidense hacia la isla han sido mínimos”.
“Por el momento, no hay condiciones para avanzar hacia la normalización de las relaciones”, apuntó Shifter.
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