En la desértica Phoenix, la capital del estado de Arizona, los videos que muestran cómo se puede freír un huevo en el asfalto ya no llaman la atención. La ciudad estadounidense con más muertes asociadas al calor lleva 20 días con temperaturas por encima de los 43º C, lo que ha obligado a residentes y autoridades a tomar serias medidas ante un verano que está resultando infernal.
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No es una exageración. La cadena CBS reportó este miércoles 19 que un médico de urgencias de Phoenix está utilizando piscinas para niños y bolsas para cadáveres llenas de hielo para ayudar a salvar al creciente número de pacientes que llegan al hospital con golpes de calor: “Es lo peor que hemos visto”, afirmó.
La ola de calor derrite a gran parte de Estados Unidos, pero el panorama es dramático en Phoenix, donde los récords de temperatura máxima siguen batiéndose a medida que las temperaturas se siguen elevando. El martes 18, Phoenix alcanzó un hito que nadie quiere celebrar: por primera vez la ciudad registró 19 días seguidos de temperaturas de 43,3º C o más, rompiendo un récord establecido en 1974.
Ninguna de las 25 ciudades más pobladas del país ha tenido una racha de días de 43 °C o noches de 32 °C más prolongada que Phoenix, dijo el historiador meteorológico Christopher Burt de Weather Company, citado por la agencia AP.
Lo más preocupante es que no se vislumbra alivio cercano. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) vaticina que el mercurio marcará una máxima de 46,6 grados Celsius, que será la más alta registrada desde 1989.
Phoenix tiene una historia de temperaturas muy altas con 50 grados Celsius el 26 de junio de 1990; 49 grados el 28 de julio de 1995 y 48,5 grados el 25 de junio de 1990.
El diario “The New York Times” señala que en el área de Phoenix se han reportado 12 muertes relacionadas con el calor este año hasta mediados de junio, y 40 casos abiertos más en los que el calor se está investigando como factor, según el médico forense del condado de Maricopa, que incluye Phoenix.
En el 2022, 425 personas murieron a causa del calor en Phoenix, lo que la convirtió en la urbe más mortífera por calor de Estados Unidos.
Alerta por condiciones aún más extremas
La ola de calor que afecta a gran parte de Estados Unidos y del hemisferio norte del planeta, lo que según científicos se debe al cambio climático, está poniendo a prueba a las autoridades. Aunque Phoenix está acostumbrada a las altas temperaturas, uno de los principales problemas por estos días es que el calor no solo es más severo, sino también anormalmente persistente.
“En un calor así de fuerte, las barras de los juegos en el parque queman las manos de los niños, las botellas de agua se deforman y los cinturones de seguridad se sienten como planchas calientes. Los corredores devotos ponen las alarmas para salir a correr a las 4 a.m., regresan a casa empapados de sudor y bajan rápidamente las persianas. Los barrios se sienten como pueblos fantasmas al mediodía, con los ruidosos sistemas de aire acondicionados en la azotea que ofrecen la única señal de vida”, dice “The New York Times”.
Agrega que los problemas de Arizona se han visto amplificados este verano por el retraso de los monzones que se extienden desde el Golfo de México y ayudan a saciar los desiertos y las laderas de las montañas secas. Además, el efecto de la “isla de calor” de la creciente huella urbana de Phoenix significa que la noche también sofoca.
Phoenix es la primera ciudad en haber establecido una oficina dedicada al calor. Entre otras medidas, se dedica a la plantación de árboles en vecindarios sin sombra, a la repavimentación de las calles que absorben el calor con un pavimento más reflectante y a la entrega de suministros a los ciudadanos que puedan ayudarles a combatir el sofocante calor.
La situación ha obligado a bomberos, médicos y autoridades a redoblar sus esfuerzos para atender las emergencias que se desprenden de las altas temperaturas.
La gobernadora Katie Hobbs señaló en un comunicado que “en medio de una ola de calor devastador, los trabajadores de Arizona merece alivio”. Su Gobierno ordenó inspecciones adicionales en sitios de trabajo donde los empleados están más expuestos a malestares relacionados con el calor.
El acceso al agua fresca y potable, los periodos de descanso en áreas con sombra y la garantía de aire acondicionado se han convertido en requisitos indispensables en trabajos, centros comerciales y prácticamente cualquier establecimiento y vivienda en Arizona.
Para cuidar la salud
El estado de Arizona tiene más de 300 días soleados al año, por lo que buscar o crear sombra es parte vital de aprender a vivir en ese lugar. Muchos lo hacen colocando telas en las ventanas de sus casas y colocando lunas polarizadas en sus vehículos. Los esfuerzos por plantar árboles frondosos también han aumentado en los últimos años.
Otro aspecto que preocupa es el relativo a los problemas de salud causados directamente por el sol. El doctor Geoff Comp, un médico de urgencias, explicó a la agencia AP que alguien puede desmayarse por el calor o sufrir cualquier otra emergencia médica y quemarse con el asfalto caliente, lo que podría causar varios daños, que incluyen golpes y ampollas.
Por ello, la recomendación principal es vestir varias capas de ropa y ser responsable al exponerse al sol. “La gente coloca manijas de espuma en las perillas de metal de las puertas exteriores, a fin de proteger las manos vulnerables a temperaturas tan calientes. Los dueños de mascotas les ponen botines para evitar que sus patas se chamusquen”, señala AP.
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