La Guardia Costera de Estados Unidos reveló el lunes uno de los últimos mensajes enviados por la tripulación del sumergible Titán, la nave que implosionó mientras se dirigía hacia donde están los restos del Titanic en las profundidades del océano Atlántico. Lo divulgado forma parte de la investigación sobre las causas de la tragedia que le costó la vida a cinco personas.
La implosión del Titán ocurrió el 18 de junio del 2023. Los restos de la cápsula terminaron en el fondo del mar, a unos 3.800 metros de profundidad y a menos de 500 metros del Titanic, el legendario barco que se hundió en su viaje inaugural el 15 de abril de 1912, causando la muerte de 1.496 personas.
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Las autoridades estadounidenses llegaron a la conclusión de que el sumergible había sufrido una “implosión catastrófica”, es decir, un hundimiento repentino hacia el interior causado por una inmensa presión.
En el Titán, propiedad de la empresa estadounidense OceanGate, viajaban Stockton Rush, el dueño de la compañía; el prestigioso explorador francés Paul-Henry Nargeolet, quien lideró varias expediciones al Titanic; el multimillonario británico Hamish Harding y el empresario británico de origen pakistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman, de 19 años.
OceanGate cobraba 250.000 dólares por pasajero para la expedición hacia el Titanic.
La Junta de Investigación Marina de la Guardia Costera comenzó el lunes una audiencia de dos semanas sobre el accidente.
De acuerdo con una recreación visual presentada por la Guardia Costera, el 18 de junio del 2023 uno de los últimos mensajes de texto de la tripulación del Titán a su buque de apoyo Polar Prince antes de que el sumergible implosionara decía: “Todo bien aquí”.
El Titán y el Polar Prince se comunicaban a través de mensajes de textos mientras el primero se sumergía en el Atlántico.
La tripulación perdió el contacto tras un intercambio de mensajes sobre la profundidad y el peso del sumergible mientras descendía, dijo la Guardia Costera.
Entonces, el Polar Prince envió varios mensajes preguntando si el Titán aún podía ver la nave en su pantalla de a bordo.
Fue en ese esfuerzo de comunicación que el Polar Prince recibió el mensaje “Todo bien aquí”. En ese momento estaba a 2.274 metros de profundidad.
El sumergible envió su último mensaje 10:47 hora local, a una profundidad de 3.346 metros, para informar que había soltado dos pesos, según Univisión.
Poco después, el Titán perdió contacto con el buque de apoyo. Ocurrió a las dos horas de iniciada la inmersión.
La inmersión completa hasta el Titanic, incluido el descenso y el ascenso, duraba ocho horas y se había completado en varias ocasiones con el mismo sumergible.
Los restos del Titán fueron encontrados cuatro días después en el fondo del océano.
Los problemas de la empresa OceanGate
La ex directora de finanzas y recursos humanos de OceanGate, Bonnie Carl, testificó el lunes que estaba al tanto de las preocupaciones sobre la seguridad del Titán y dijo que el director de operaciones de la empresa, David Lochridge, lo había calificado de “inseguro”.
Por su parte, Tym Catterson, un contratista que trabajó con la empresa, sostuvo el lunes que “la capacitación y las operaciones en el mar podrían haber sido mejores”.
Tony Nissen, un exempleado que fungía como ingeniero en jefe de OceanGate, manifestó que el Titán fue alcanzado por un rayo durante una misión de prueba en el 2018, y eso podría haber comprometido su casco.
Según Univisión, Nissen contó que se negó a pilotar el Titán hace años porque no confiaba en el personal de operaciones, y que impidió que el sumergible fuera al Titanic en el 2019, diciéndole a Stockton Rush que la nave “no estaba funcionando como pensábamos que lo haría”.
Agregó que había recibido presiones por parte de Rush para acelerar los cronogramas y meter el Titán al agua. Terminó siendo despedido.
El martes, en la continuación de la audiencia, David Lochridge dijo que la cultura de la empresa se centraba más en “hacer dinero” y “muy poco en la ciencia”.
Agregó que su responsabilidad era garantizar la seguridad de toda la tripulación, los clientes y los pilotos en prácticas, pero que él se sentía más “como un impostor” porque nadie más estaba cualificado como piloto.
“Todo era una cortina de humo”, manifestó sobre la forma en que operaba la empresa, de acuerdo con CNN. “Todo lo que se ve en las redes sociales sobre todas estas expediciones pasadas. Siempre tenían problemas con sus expediciones”.
“Cada vez que expresaba mi disgusto por lo que estaba ocurriendo, mi desaprobación… se me desestimaba”, dijo Lochridge. “Todo el mundo lo sabía del equipo de ingenieros, quiero decir que hablé con cada uno de ellos, todos estos chicos recién salidos de la universidad, algunos ni siquiera habían ido a la universidad todavía… Ninguno de ellos tenía experiencia como operadores de sumergibles. No había experiencia en toda la organización”.
“Querían poder cualificar a un piloto en un día, alguien que nunca se hubiera sentado en un sumergible. Querían que, básicamente, la gente entrara, se calificara como piloto y pudiera llevar pasajeros en el submarino”, dijo Lochridge, quien afirmó que finalmente fue despedido en 2018 tras dar la voz de alarma sobre los problemas de seguridad.
“Cada vez que se va en un submarino, lo más importante es volver a casa sanos y salvos con sus familias, no seguir ganando dinero y sobrepasar los límites… No corran riesgos innecesarios con equipos defectuosos, y me refiero a defectuosos, deficientes”, añadió.
OceanGate no tiene empleados a tiempo completo actualmente, pero estará representada por un abogado durante la audiencia, dijo la compañía en un comunicado.
La primera imagen del Titán en el fondo del Atlántico
La Guardia Costera también compartió el lunes la primera imagen del Titán en el fondo del océano Atlántico.
En la foto se puede ver el cono de cola roto del sumergible sobre el fondo azul del Atlántico Norte. El cono de cola estaba separado del resto de la nave, con los bordes desgarrados, mientras que cerca se ve un fragmento del sumergible.
La Junta de Investigación Marina declaró que el cono de cola y otros restos fueron localizados por un vehículo operado por control remoto el 22 de junio del año pasado, lo que aporta “pruebas concluyentes” de que el sumergible sufrió una implosión catastrófica, de acuerdo con CNN.
La junta es el nivel más alto de indagación de la Guardia Costera. Fue convocada a los pocos días de la desaparición del sumergible y es la encargada de revisar la causa de la tragedia y ofrecer recomendaciones, incluso sobre posibles sanciones civiles y acciones penales, explicó CNN.
Cuando concluya la investigación, la Guardia Costera de EE.UU. y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte realizarán cada una un análisis independiente y elaborarán informes completos, dijo Jason Neubauer, presidente de la Junta de Investigación Marina.
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