La prueba para convertirse en un astronauta exigía que los postulantes demostraran que podían estar aislados, en la oscuridad y en un silencio similar al del espacio. John Glenn -quien luego se convirtió en el primer estadounidense en orbitar la Tierra- aguantó cerca de tres horas.
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Wally Funk también se sometió al aislamiento: no pudo ver ni escuchar ni sentir nada por diez horas y 35 minutos, cuando el encargado de la prueba decidió por cuenta propia terminar con su examen.
Era la mejor, sin duda alguna, pero en aquel lejano 1961 la NASA no estaba dispuesta a aceptar a una mujer dentro de sus filas.
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A diferencia de Glenn, Funk nunca viajó al espacio y su nombre quedó olvidado en los anales de las aventuras aeroespaciales, aun cuando fue la primera mujer en ser inspectora de la Federal Aviation Administration y la primera investigadora de seguridad en el aire del National Transportation Safety Board.
Seis décadas más tarde de su prueba en la NASA, Funk por fin cumplirá el sueño de estar en el espacio gracias al multimillonario director ejecutivo de Amazon Jeff Bezos, quien acaba de anunciar que ella lo acompañará en la nave espacial construida por su empresa Blue Origin.
En tres semanas, Funk -de 82 años- se podría convertir en la persona más longeva en viajar al espacio, rompiendo el récord del astronauta y exsenador John Glenn, quien lo hizo cuando tenía 77 a bordo del transbordador especial Discovery en una misión en 1998.
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IDAS Y VUELTAS
Cuando Funk tenía 22 años, fue parte del Mercury 13, un grupo integrado por mujeres y liderado por expertos de la NASA para determinar si eran aptas para un viaje al espacio. Al mismo tiempo, el gobierno hacía pruebas para hombres como parte del programa Mercury 7.
En ese contexto se dio la prueba de aislamiento en la que Funk sobrepasó todas las expectativas.
Pero para que una mujer fuera aceptada en el cuerpo de astronautas de la NASA tuvieron que pasar muchos años. Hubo que esperar exactamente hasta 1983, cuando la física y astronauta Sally Ride se convirtió en la primera mujer de EE.UU. en alcanzar el espacio exterior.
La web The Atlantic dice:
“Para entonces, Funk tenía 40 años y seguía entusiasmada por ir al espacio. Ella aplicó para ser astronauta en cuatro ocasiones, la agencia exigía que sus miembros fueran ingenieros, y ella no tenía ese título”.
Pero eso no mantuvo a Funk con los pies en la Tierra.
Nacida en Nueva México en 1939, Funk tiene 19.600 horas de vuelo a la fecha, en tanto que enseñó a volar a más de tres mil personas, según anota la BBC.
“Tengo una licencia para todo lo que tiene la Administración de Aviación Federal”, declaró Funk.
Y como su sueño siempre fue tocar las estrellas, no dudó en pagar US$200 mil para ser parte del programa Virgin Galactic.
Con eso en mente, la oferta de Bezos le ha caído a pelo. El 20 de julio podría convertirse oficialmente en una astronauta.
En un video publicado en Instagram, el millonario le pregunta:
-¿Qué es lo primero que quisieras decir?
-Diría que… –responde Funk- ¡Cariño, esto es lo mejor que me ha pasado!
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