El viernes, pocas horas después del ataque terrorista en el Crocus City Hall, una popular sala de conciertos en las afueras de Moscú, el Estado Islámico asumió la responsabilidad de la masacre. Hasta este lunes, el último balance de las autoridades da cuenta de al menos a 137 muertos y 182 heridos. Se trata del peor atentado ocurrido en Rusia en los últimos 20 años.
Específicamente, el Estado Islámico de Khorasán (ISIS-K), una filial del mando central, ha reivindicado la autoría del ataque a través de publicaciones en Amaq, la agencia de propaganda del grupo terrorista, y en Telegram.
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De acuerdo con la información oficial y los videos de lo ocurrido, a las 20:00 (hora local) del viernes hombres armados irrumpieron en la sala de conciertos Crocus City Hall, donde la gente esperaba para asistir al concierto del grupo Piknik. Unas 6.200 entradas habían sido vendidas, por lo que el recinto estaba casi lleno. Los terroristas entraron y abrieron fuego a mansalva. Luego siguieron asesinando en el centro comercial que forma parte del edificio.
Los atacantes vestían ropa de camuflaje y llevaban armas automáticas y dispositivos incendiarios con los que prendieron fuego al Crocus City Hall.
El viernes el Estado Islámico hizo una breve publicación en Amaq donde se atribuyó la autoría del ataque, sin explicar la motivación.
Al día siguiente, sábado, el Estado Islámico publicó una imagen en Amaq que mostraba a los cuatro hombres que habían atacado el complejo. Ninguno de ellos era identificable, pues todos llevaban pasamontañas y el resto de sus rostros estaban difuminados.
El domingo, el Estado Islámico publicó un video explícito de un minuto y medio de su brutal ataque terrorista.
El video, editado y con una voz distorsionada, tenía un mensaje en árabe que decía “imágenes exclusivas para la agencia Amaq que muestran momentos del ataque sangriento sobre los cristianos ayer en Moscú”.
En el escalofriante video se puede ver a uno de los terroristas disparando un arma automática a través de una puerta y rematar a al menos una persona caída. Tras la puerta se puede ver un pasillo donde también se ven varias personas caídas y sangre.
Luego, otro terrorista armado con un cuchillo se aproxima a un hombre herido que está tendido en el suelo y le asesta varios tajos en el cuello, para después dirigirse a la cámara y dar una arenga.
Rusia informó el sábado que detuvo 11 sospechosos, entre ellos a los cuatro autores materiales del ataque que aparecen en los videos disparando.
Los cuatro comparecieron el domingo ante un juez con visibles signos de tortura. Tres se declararon culpables, mientras que el cuarto que estaba en silla de ruedas no podía hablar. La justicia determinó dos meses de prisión preventiva para ellos. Si son hallados culpables podrían ser condenados a cadena perpetua.
En este punto, cabe explicar qué es el ISIS-K y por qué atacó Rusia.
¿Qué es el ISIS-K?
El Estado Islámico de Khorasán (ISIS-K) nació de manera oficial a finales del año 2014, cuando juró lealtad a Abu Bakr al Bagdadi, entonces jefe máximo del Estado Islámico que había proclamado en junio de ese año un califato islámico en Irak y Siria.
ISIS-K surgió en el este de Afganistán, país donde actualmente tiene su base, y rápidamente se ganó una reputación de brutalidad extrema. Son enemigos de los talibanes, que volvieron al poder en el 2021, coincidiendo con el retiro de las tropas de Estados Unidos que estaban en la nación desde el 2001.
En cuanto a sus objetivos, el ISIS-K pretende restablecer su propio califato en Asia Central, en una región histórica llamada “Khorasan”, a caballo entre Afganistán, Irán, Pakistán y Turkmenistán, explica la agencia AFP.
En el 2021, Naciones Unidas calculó que el ISIS-K tendría entre 500 y varios miles de combatientes en Afganistán, principalmente en el norte y el este del país, y dispone de células en Kabul.
Desde el 2020 es dirigido por el misterioso Shahab al Muhajir, por cuya cabeza Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, en junio del 2020, el liderazgo central del Estado Islámico nombró a Shahab al Muhajir, también conocido como Sanaullah Ghafari, líder de ISIS-K.
Nacido en 1994 en Afganistán, Al Muhajir es responsable de aprobar todas las operaciones del ISIS-K y de conseguir la financiación para llevar a cabo las acciones terroristas.
“El grupo armado se ha convertido en pocos años en un conglomerado de antiguas organizaciones yihadistas, entre ellas uigures y uzbekos, o talibanes desertores”, explicó a la agencia AFP Jean-Luc Marret, investigador de la Fundación para la Investigación Estratégica.
Hasta el 2020, el ISIS-K era una organización que estaba en decadencia, explica AFP. La dirigencia de la organización terrorista había sido diezmada por los ataques estadounidenses.
Pero la llegada de Al Muhajir “desembocó en un cambio radical para la organización, que pasó de ser una red fragmentada y debilitada a la temida falange que es hoy”, dijo a la AFP Abedul Sabed, experto en temas de seguridad en el Medio Oriente.
Bajo su dirección, los combatientes clandestinos “hicieron hincapié en la guerra urbana y la violencia simbólica”, siguió Sabed.
El ISIS-K tiene un largo historial de ataques dentro y fuera de Afganistán. Entre sus blancos figuran hasta mezquitas.
En el 2021, el ISIS-K reivindicó más de 220 ataques en Afganistán, incluidos tres atentados suicidas mortales desde que los talibanes volvieron al poder: contra el aeropuerto de Kabul, una mezquita en la capital y otra mezquita chita en Kunduz.
El atentado contra el aeropuerto en agosto del 2021, cuando Estados Unidos se retiraba del país, dejó más de 100 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses. Mientras que el de Kunduz acabó con la vida de 55 personas.
En setiembre del 2022, militantes del ISIS-K reivindicaron la autoría de un atentado suicida contra la embajada rusa en Kabul.
A principios de este año, Estados Unidos interceptó comunicaciones que confirmaban que el ISIS-K perpetró dos atentados con bomba en Irán en los que murieron casi 100 personas.
Este mes, el principal general estadounidense en Medio Oriente alertó que ISIS-K podría atacar intereses estadounidenses y occidentales fuera de Afganistán “en tan sólo seis meses y con poca o ninguna advertencia”.
En cuanto a su relación con los talibanes, ambas organizaciones son sunitas y por momentos combatieron juntos, pero actualmente son enemigos. Los talibanes se ciñen al territorio de Afganistán, mientras que el ISIS-K busca internacionalizar la guerra santa, explica AFP.
El ISIS-K también acusa de los talibanes de haberse “vendido a los estadounidenses”.
¿Por qué el ISIS-K atacó en Rusia?
De acuerdo con The Conversation, si el ISIS-K es realmente responsable del atentado de Moscú, Occidente debe prepararse para nuevos intentos de atentado, no sólo en Rusia, sino en toda Europa.
¿Por qué esta vez le tocó a Rusia? Tanto el Estado Islámico como el ISIS-K llevan mucho tiempo proclamando su intención de atacar a Rusia.
En cuanto a la motivación, los terroristas han mencionado la ocupación militar de Afganistán por parte de Rusia en la década de 1980 y su largo historial de represión de las comunidades musulmanas en Rusia, especialmente en el Cáucaso Norte.
También han citado el papel de Rusia como el mayor aliado del brutal régimen de Bashar al Asad en Siria, a quien los rusos salvaron durante la guerra civil cuando las facciones opositoras ya dominaban grandes extensiones de territorio.
The Conversation recordó que el Estado Islámico ya perpetró múltiples atentados en Rusia entre el 2016 y 2019, mientras que varios complots fueron desbaratados entre el 2021 y 2023.
Además, muchos de los militantes del ISIS-K detenidos en toda Europa, incluida Rusia, en los últimos dos años eran ciudadanos rusos y personas procedentes de Asia Central con vínculos con Rusia.
Daniel Byman, investigador principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo el lunes a The Washington Post que “Rusia ha sido durante mucho tiempo un enemigo del amplio movimiento islamista, que se remonta a la lucha antisoviética en la década de 1980″.
Además, agregó que el apoyo a los chechenos contra Rusia en las décadas de 1990 y 2000 fue una “causa célebre entre los yihadistas”.
“En los años siguientes, muchos yihadistas del Cáucaso y Asia Central fueron a la zona de Afganistán-Pakistán, donde se mezclaron con lo que ahora es ISIS-K, dándole al grupo una visión anti-Rusia desde sus inicios, así como a las redes en la propia Rusia“, añadió Byman.
El Washington Post recordó que durante la larga intervención militar de Rusia en Siria, el presidente ruso Vladimir Putin denunció de manera reiterada al Estado Islámico como un enemigo y proclamó la victoria sobre el grupo terrorista en 2017.
El año pasado, documentos militares estadounidenses clasificados filtrados en Discord señalaron complots del ISIS-K para atacar varios países, incluidos Suecia, Turquía y Rusia, indicó el Washington Post.
Mientras que funcionarios estadounidenses vincularon a los militantes del ISIS-K con al menos 15 planes específicos para atacar embajadas, iglesias, centros de negocios y la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA, que atrajo a millones de espectadores a Qatar en el 2022.
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