Al menos diez personas, entre ellas siete policías y un trabajador sanitario, murieron este lunes en Odesa en un ataque con misil ruso contra una zona residencial de la ciudad, según informó la Policía ucraniana en un comunicado.
Entre los 39 heridos hay 14 policías y cuatro menores, según el comunicado.
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En un primer momento las autoridades municipales habían dado un balance provisional de 8 muertos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha condenado en sus redes sociales el ataque ruso contra Odesa.
“Golpe de los terroristas rusos con un misil balístico contra Odesa, contra una zona residencial”, ha escrito Zelensky en su canal de Telegram.
Según el presidente ucraniano, el misil ha caído en un parque y ha provocado daños en un edificio de viviendas, una universidad y un edificio administrativo.
Zelensky ha agregado que no se trata de “un ataque accidental” y ha calificado el bombardeo de “ejemplarizante”.
“Después de las llamadas y las reuniones con Putin, después de todas estas palabras en los medios sobre su supuesta ‘renuncia’ a los ataques, Rusia muestra en lo que está realmente interesada: únicamente en la guerra”, dijo Zelensky en referencia a las llamadas que habrían mantenido en los últimos días con el presidente ruso el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, y el canciller alemán, Olaf Scholz.
Zelensky pidió a los líderes que participan en Brasil en la cumbre del G20 que “escuchen” el mensaje que manda el ataque de Putin.
El ataque a plena luz del día contra Odesa se produce horas después de que otro misil ruso matara anoche a 11 personas en la ciudad de Sumi, en el noreste de Ucrania.
Durante la madrugada del domingo, las fuerzas rusas destruyeron infraestructuras eléctricas ucranianas con uno de los ataques más masivos de esta guerra, en el que se emplearon 120 misiles y 90 drones.
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