“La hora de Polonia”, por Diane Francis*

La prensa internacional ha escrito extensamente acerca de la decisión de Alemania y Estados Unidos de enviar tanques a Ucrania. Sin embargo, el protagonista silencioso que estuvo detrás de esta decisión histórica fue, de hecho, Polonia.

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Los dirigentes polacos desempeñaron un papel clave a la hora de convencer a Berlín, en particular, de que entregara tanques modernos a Ucrania. Este es uno de los muchos ejemplos del liderazgo polaco ejercido ante los dramáticos acontecimientos de 2022, cuando Europa se enfrentó al mayor conflicto armado en el continente desde la Segunda Guerra Mundial.

El protagonismo de Polonia en la respuesta europea a la invasión de Putin refleja su experiencia con el imperialismo ruso, tanto en su forma zarista como soviética. Desde la adhesión de Polonia a la Unión Europea en 2004, los políticos de Varsovia han advertido a Europa de la creciente amenaza de una Rusia resurgente y revisionista.

Los polacos estaban especialmente preocupados por los lazos cada vez más estrechos entre Berlín y Moscú, razón por la cual se opusieron clamorosamente a la participación alemana en el gasoducto ruso Nord Stream II. Los políticos polacos veían este proyecto estratégico de infraestructuras en el sector energético como una versión moderna del Pacto Ribbentrop-Mólotov de 1939, que contribuyó al estallido de la Segunda Guerra Mundial y a la invasión de Polonia por parte de los estados nazi y soviético. Los polacos advirtieron de que el gasoducto permitiría a Putin eludir el sistema de transporte de gas a través de Ucrania, lo que expondría a este país a una invasión a gran escala, al tiempo que pondría a Europa en situación de ser chantajeada por Rusia a través de la amenaza de posibles cortes de energía. Sin embargo, Alemania ignoró estas advertencias hasta la víspera del ataque de Rusia en febrero de 2022.

El actual protagonismo de Polonia en la política de seguridad europea no es completamente nuevo. Desde su ingreso en la OTAN en 1999, Polonia ha demostrado ser un pilar de seguridad en el flanco oriental de la Alianza. Esto ha sido posible gracias a la situación estratégica de Polonia y a su enorme desarrollo económico, que ha contribuido a financiar la veloz modernización y expansión de las fuerzas armadas nacionales. El ejército de Polonia ocupa actualmente la vigésima posición entre los más poderosos del mundo.

Polonia ha marcado en muchos sentidos la pauta de la respuesta humanitaria europea al ataque de Rusia contra Ucrania. Desde el comienzo de la invasión, ha acogido a más refugiados ucranianos que ningún otro país europeo, proporcionándoles toda una serie de beneficios, como el acceso a la sanidad y la educación junto con oportunidades de empleo. En el último año, las autoridades polacas han registrado más de 1,5 millones de refugiados procedentes de Ucrania.

Polonia es también el mayor contribuyente en relación a la ayuda armada proporcionada a Ucrania. En términos per cápita, Polonia ha enviado, de hecho, más ayuda militar a Ucrania que cualquier otro país de los estados Bálticos. Esta ayuda ha incluido cientos de tanques y otro armamento de importancia clave. Polonia desempeña un papel crucial en las acciones logísticas destinadas a proporcionar ayuda armada a Ucrania, permitiendo a la coalición mundial de países dotar al ejército ucraniano de las armas, el equipo y la munición necesarios.

En el terreno diplomático, Polonia ha exigido sanciones más duras contra Rusia. Recientemente, los dirigentes polacos han presionado a Berlín para que entregue tanques alemanes Leopard 2 a Ucrania y permita que otros países también tomen esta decisión. Cuando el canciller alemán Olaf Scholz vacilaba ante esta propuesta, Polonia amenazó con entregar decenas de tanques Leopard alemanes desafiando las restricciones alemanas a nuevas exportaciones. “No observaremos pasivamente cómo se desangra Ucrania”, declaró el primer ministro Mateusz Morawiecki. “Sin embargo, depende de Alemania si quiere unirse a la misión de detener la barbarie rusa o si va a contemplar esta situación pasivamente, condenándose a sí misma a ser escrita en el lado equivocado de la historia”.

Alemania acabó cediendo, pero este incidente por sí solo, junto con todo el alboroto sobre el Nord Stream II, debilitó la posición de Berlín. La clara ambivalencia de Alemania hacia una Rusia depredadora y los vínculos de Berlín con el Kremlin han permitido a Polonia asumir una posición de liderazgo moral en cuestiones de seguridad europea. Esto ha incluido también la crítica a Austria y Hungría por ceder supuestamente a los caprichos de Putin. Polonia también culpa a Alemania del retraso en la imposición de sanciones. En abril de 2022, el primer ministro Mateusz Morawiecki acusó a Alemania de “bloquear” la imposición de sanciones más duras a Rusia. “Esto puede verse en las reuniones del Consejo Europeo. Cualquiera que lea las transcripciones sabrá perfectamente que Alemania es el principal freno a la imposición de sanciones de carácter más duro” – declaró a la prensa en Varsovia.

El liderazgo polaco está ayudando a llenar el vacío geopolítico creado por la menguante influencia de las fuerzas que tradicionalmente han dominado la política exterior europea. El Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea en 2016, lo que redujo significativamente la capacidad de este país para dar forma a la respuesta de Europa a la amenaza de Rusia. Al mismo tiempo, a lo largo de su gobierno, Putin ha demostrado su capacidad para cooptar a políticos y empresarios de Francia y Alemania, ofreciéndoles acuerdos comerciales, gasoductos y otros beneficios. No es casualidad que el dictador ruso eligiera en 2014 a Alemania y Francia para las conversaciones en el Cuarteto de Normandía, para poner fin a la guerra provocada por Rusia en el este de Ucrania. Este enfoque dio lugar al fracasado Protocolo de Minsk y preparó el terreno para la invasión de Ucrania a gran escala en 2022.

Polonia intenta ahora advertir al mundo del peligro procedente de la Rusia de Putin. “No se trata de un conflicto regional. Esta guerra, la guerra de Rusia contra Ucrania, es el avivamiento de una conflagración mundial, esta guerra afectará tanto a nuestros países como a los vuestros. En la medida en que no lo haya hecho ya” – declaraba el presidente Andrzej Duda durante el debate general de la Asamblea General de la ONU de 2022.

El liderazgo de Polonia en la respuesta europea a la invasión de Putin está creando lazos sin precedentes entre los pueblos polaco y ucraniano. En el pasado, estas naciones han estado divididas por batallas y disputas históricas. Sin embargo, ahora están unidas por la amenaza existencial que representa la Rusia actual. Las encuestas realizadas en Ucrania identifican regularmente a Polonia como el socio más cercano para los ucranianos.

Mientras el Kremlin disfraza cínicamente la invasión asesina de Ucrania bajo el nombre de la “hermandad de los pueblos eslavos”, ha sido los polacos, vecinos eslavos de Ucrania, quienes les han ofrecido un verdadero apoyo fraternal. Precisamente esto es lo que configurará la situación geopolítica de la región. Tras derrotar a Rusia, es probable que Ucrania refuerce su asociación con Polonia, formando un poderoso bloque en la política europea. Juntas, estas dos naciones tendrán una voz significativa en el amplio mundo democrático. El centro geopolítico de Europa se desplaza hacia el este, con Polonia a la cabeza.

Texto publicado conjuntamente con la revista mensual polaca “Wszystko co najważniejsze” como parte de un proyecto histórico con el Instituto de la Memoria Nacional y la Fundación Nacional Polaca.

*Diane Francis. Autora británico-canadiense, redactora jefe del “National Post” desde 1998. Profesora en el Atlantic Council en Washington DC, especializada en política euroasiática.