Los aliados occidentales están listos para formar a pilotos de las fuerzas aéreas de Ucrania en el manejo de aviones F-16.
Sin embargo, queda una importante incógnita: qué países estarán dispuestos a suministrar los cazas estadounidenses, cuántos y cuándo lo harán.
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El envío de aviones de combate F-16 a Ucrania no será una solución rápida o, en palabras del jefe de la Fuerza Aérea de Noruega, una “la panacea”.
El mayor general Rolf Folland cree que llevará tiempo que Ucrania desarrolle la capacidad de operar estos jets occidentales con un complejo sistema de armamento.
Nos reunimos con Folland en un ejercicio aéreo aliado a gran escala que tiene lugar en Noruega, Finlandia y Suecia con 150 aviones de combate, muchos más que toda la Fuerza Aérea de Ucrania.
El general afirma que la práctica tiene como objetivo dominar los cielos para evitar lo que llama el tipo de conflicto “anticuado” que en estos momentos tiene lugar en Ucrania.
Ganar la supremacía aérea requiere un nivel y sofisticación que Ucrania en este momento no puede alcanzar. Y aun recibiendo una limitada flota de F-16, no está claro que lo logre.
Pulse, un piloto belga, tardó tres años en dominar su caza F-16. Nos pide que usemos su seudónimo militar en lugar de su nombre real.
Nos muestra su F-16, una aeronave diseñada originalmente a finales de la década de 1970, mucho antes de que él naciera.
“Vuela como un sueño”, afirma. “Pero volar es la parte más fácil. El resto es más difícil”.
Se refiere al largo proceso de aprender a operar el radar, los sensores y las armas del F-16.
Ucrania, que hoy tiene más pilotos que aviones, espera acortar ese entrenamiento a unos meses.
Pulse considera lógico suministrar aviones occidentales a Ucrania. Señala las armas de su F-16: misiles aire-aire para destruir aviones enemigos y bombas para alcanzar objetivos en tierra. “Eso es importante”, asegura, “porque puedes usar cualquier arma de la OTAN con este avión”.
No menos importante es la cuestión del mantenimiento de los cazas.
La Fuerza Aérea Noruega, como otras en Europa, ha hecho la transición al más moderno F-35, por lo que, en teoría, debería tener F-16 disponibles para Ucrania.
En la base aérea de Orland se usan dos de los F-16 más viejos para entrenar a los ingenieros aeronáuticos. Eso puede llevar un año, o incluso más, para un técnico superior de aeronaves.
“¡No puedes simplemente entregar un avión de combate y despedirte!”, explica el coronel Martin Tesli, comandante de la base y ex piloto de F-16.
Destaca que hay enormes requisitos logísticos: repuestos, software y armas. Pero también entiende la necesidad de modernizar la flota ucraniana de viejos jets de la era soviética.
“Hasta cierto punto, si no se les proporciona otro tipo de avión carecerán de una fuerza aérea para defenderse”, indica Tesli.
Según Justin Bronk, del Royal United Services Institute, Ucrania probablemente necesitaría la ayuda de contratistas occidentales para mantener volando los F-16. La pregunta obvia es, ¿qué país está dispuesto a aceptar los riesgos de desplegar a su propio personal sobre el terreno?
El profesor Bronk considera más probable que Rusia apunte a las bases aéreas de Ucrania si este país recibe aviones occidentales. Eso es un peligro para el F-16 de un solo motor, cuya gran toma de aire puede absorber los fragmentos de la pista.
Las arriba mencionadas son buenas razones por las que EE.UU. ha resistido durante tanto tiempo la presión de Ucrania para que le proporcionaran F-16.
Más que el temor a una escalada, lo importante son los aspectos prácticos de operar y mantener los aviones. El Pentágono ha advertido que será algo complejo y costoso.
Tampoco se considera probable que aportar a Ucrania este recurso altere de forma significativa la batalla sobre el terreno.
El teniente coronel Neils Van Hussen, ex piloto de F-16 de la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos, afirma que “un solo sistema de armas no cambiará una gran guerra”. Cree que los F-16 simplemente le darían a Ucrania “la capacidad de mantener lo que están haciendo ahora”.
La realidad de esta guerra es que ni siquiera Rusia, con su considerable fuerza aérea, ha podido dominar los cielos. Los sistemas de defensa aérea desde tierra están ayudando a evitar que eso suceda.
Dotar a Ucrania de más defensas aéreas seguirá siendo la prioridad inmediata de Occidente. Reconstruir la fuerza aérea del país es un objetivo a más largo plazo.
Jonathan Beale
Corresponsal de Defensa, Noruega
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