Los noticieros de toda España están con las alertas al máximo ante los misteriosos pinchazos que decenas de mujeres han sufrido. Un misterioso fenómeno que invade discotecas o fiestas y no deja huellas toxicológicas ni derivaron en otros delitos. Esto ya pasó en otros países europeos.
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Hay dos regiones en las cuales se registran poco más de 30 casos. Al noreste de España, en Cataluña, los agentes de la policía investigan 23 denuncias, a mayoría de ellos en la turística localidad de Lloret de Mar y unos también en Barcelona.
Por su parte, la policía de País Vasco, al norte, atiende 12 casos que han sido denunciados en las últimas dos semanas. Al mismo tiempo, la ola de notificaciones —en redes sociales y ante autoridades— se extiende por Santander, Cádiz, Málaga, Bilbao y Córdoba, entre otras zonas.
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Las mujeres que fueron atacadas cuentan haber sentido un pinchazo, tras haber conversado con algún ciudadano francés en alguna discoteca, bar o fiesta. Víctimas de este fenómeno han reportado que se les ha dormido miembros del cuerpo, como un brazo o pierna y que al acudir a hacerse une prueba en centros médicos no se les han detectado ninguna sustancia extraña.
Se trata de casos de sumisión química. Pero como es conocido, —en este peculiar ‘modus operandi’— tras el pinchazo no se han registrado abusos sexuales, ni robos o crimen relacionado. Igualmente, no se ha hallado alguna jeringa en los locales donde sucedieron los hechos, ni se ha logrado identificar a los agresores.
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¿Qué dicen los expertos?
“Me temo que aquí, los que más miedo meten son los medios de comunicación”, precisa Mireia Ventura, jefa de análisis de Energy Control, un laboratorio muy prestigioso España en materia de drogas, según recoge El Confidencial. “No negamos que existan las agresiones con algo punzante, pero esta historia de que están inoculando drogas con una jeringuilla en las discotecas nos suena fantasioso, hay varias piezas que no encajan”, añade la experta.
Por otro lado, en redes sociales circulan publicaciones en las que se explica qué hacer en caso de notar un pinchazo al estar en uno de estos escenarios. Se cree que los agresores estarían administrando a las víctimas sustancias como la benzodiazepinas, éxtasis líquido o ketamina.
Una teoría que la experta de Energy Control descarta. “Estas sustancias han de ser administradas de modo intramuscular. Esto significa que tienes que tener una aguja muy gruesa y clavarla varios centímetros bajo la piel. Además, hay que administrarla lentamente, en torno a 20 segundos, porque es bastante cantidad de líquido. Es una experiencia bastante dolorosa”, dice Ventura. “¿Cómo va a estar alguien poniéndote una inyección intramuscular sin darte cuenta, mientras bailas o estás en una cola? Es impensable”, precisa.
Otra de las sustancias sugeridas es el éxtasis líquido. Esto se debe a que en uno de los casos denunciados en Gijón, la víctima de 13 años de edad dio positivo a esta sustancia, tras un análisis en el Hospital de Cabueñes. Esta droga es incolora, inodora, de vida media breve y de una alta viscosidad. Por este último detalle, se descarta que todos los casos sean efectuados con este tipo de éxtasis, ya que se necesitaría mucho tiempo y cantidad para lograr los efectos que han sido denunciados.
Antecedentes e indicios
Hasta la fecha, la policía española no tiene indicios sobre la motivación principal detrás de estos ataques a mujeres, por ahora mantiene todas las líneas de investigación abiertas. Las autoridades piden a las víctimas que ni bien suceda e hecho vayan a un centro médico y reporten el ataque.
España no es el primer país europeo en sufrir este fenómeno, en 2021 empezó a registrarse este tipo de ataques en Reino Unido donde lo bautizaron como “needle spiking”, se registraron unos 1.300 casos. Luego llegó a Francia y se dieron unos 800 ataques con las mismas características. En ambos países se vivió un clima de “psicosis” en los últimos meses.
Los ataques llegaron a España a inicios de julio de este año —durante las fiestas de San Fermín en Pamplona— se registraron unas ocho denuncias.
Mientras avanzan las investigaciones, las autoridades españolas han puesto en marcha varios mecanismos de vigilancia y protocolos de atención a las víctimas. Igualmente piden cautela para no generar alarmismo en el proceso.