El papa Francisco cerró su visita de tres días a Chile con una tercera misa en la región norteña de Iquique, en donde volvió a desatar la ira de algunas víctimas de los abusos sexuales a menores por parte del sacerdote chileno Fernando Karadima al defender a un discípulo de éste y obispo de Osorno, Juan Barros, que ha sido cuestionado por haber encubierto supuestamente esos hechos.
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En el aeropuerto de Iquique, Barros fue cuestionado sobre su presencia en las últimas actividades del papa Francisco en Chile, a lo que el obispo respondió que “participar en la misa es lo más grande y eso es lo que prima para muchos”.“Nuestra vida está en las manos de Dios y nuestra vida como sacerdote está en la Iglesia”, señaló. Además, aseguró que “un sacerdote tiene que estar dispuesto. Amanecemos rezando en la mañana y poniendo nuestra vida en manos de Dios (...) tratando de hacer las cosas bien. ¿Quién es perfecto en este mundo”. “El Papa fue muy cariñoso al final de la misa, dándome palabras de ánimo. Las palabras específicas me las guardo en el corazón, pero fueron palabras muy lindas de apoyo, cariño”, agregó Barros. “El Santo Padre ha sido siempre conmigo muy cariñoso, muy apoyador y eso a uno, como hijo de la iglesia, como sacerdote y obispo, lo alegra, lo fortalece”, añadió.
Barros señaló que “me parece que el Santo Padre ha señalado un camino muy claro (...) si hay alguien que tenga una prueba, que la presente al Santo Padre, y sino aquí estamos ante una calumnia”. Barros ha sido parte del ojo público por supuestamente encubrir los abusos sexuales cometidos por el párroco de la iglesia El Bosque, Fernando Karadima, con el cual el ahora obispo tenía cercanía. A pesar de que Francisco pidió perdón por esos hechos durante su primer discurso en La Moneda, Barros fue duramente críticado por participar en la misa del Parque O'Higgins, minutos después del discurso del Papa, y también por estar presente en el encuentro con el mundo eclesiástico en la Catedral de Santiago.El Papa ya está en territorio nacional, pero antes de emprender su viaje al Perú, donde realizará una visita de tres días, el pontífice se reunió con un representante de las víctimas de la dictadura (1973-1990). En el aeropuerto fue despedido por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, una agnóstica reconocida, que le acompañó en varias etapas de su visita.Fuente: El Mercurio, GDA/Agencias
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