Una de cada cuatro personas en América Latina no ha logrado recuperar el empleo que tenía antes de la pandemia.
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Y cerca de la mitad de los hogares no ha conseguido que sus ingresos totales regresen al nivel prepandémico, pese a las ayudas fiscales que se han entregado a las familias más vulnerables, según una investigación conjunta del Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Aunque muchas de las economías de la región han comenzado a reactivarse después de una de las peores crisis de las últimas décadas, Latinoamérica aún no logra volver a la situación en la que vivía en 2019.
Ahora que muchas de las ayudas fiscales están llegando a su fin y crece con fuerza una ola inflacionaria que recorre el mundo, las familias intentan salir adelante con las alternativas que tienen a la mano.
“La pandemia de covid-19 evidenció las desigualdades preexistentes en la región, en donde los grupos más vulnerables y los más pobres se han visto afectados desproporcionadamente”, dijo Luis Felipe López-Calva, director regional del PNUD para América Latina y el Caribe.
Aquí te presentamos 6 cifras que muestran el impacto de la crisis y dos datos alentadores en medio de la lenta recuperación económica y social en Latinoamérica.
1. Empleo
Este es uno de los temas más sensibles para las familias. La ocupación aún está por debajo de los niveles previos a la pandemia, pero lo más inquietante es que la calidad del trabajo disponible ha empeorado.
El 27% de los que tenían empleo antes de la pandemia está sin trabajo, según datos recopilados a través de encuestas telefónicas realizadas por los organismos internacionales hasta junio de este año.
Por países, los casos más críticos son los de Haití, Colombia y Panamá.
Al comparar la situación que existía antes de la pandemia con lo que está ocurriendo en la actualidad, el empleo bajó, el trabajo informal aumentó y las horas promedio de trabajo semanal disminuyeron.
Muchos salieron de la fuerza laboral por completo y más de la mitad de los que trabajan tienen un empleo informal.
Cerca de la mitad de los hogares sigue sin recuperar el nivel de ingresos total que tenía antes de la pandemia. Un 48% de las familias informa que ha tenido una reducción de sus ingresos durante esta crisis.
Los países más afectados son Haití, Colombia y Ecuador, mientras que Argentina, El Salvador y Honduras han logrado acercarse con mayor velocidad a la situación que tenían en 2019.
Durante la pandemia, la inseguridad alimentaria prácticamente se duplicó. 24% de los hogares se quedó sin comida por la falta de dinero.
Y los países con mayores niveles de desigualdad y pobreza antes de la pandemia fueron los más afectados por la escasez de comida.
La mayoría de los niños de la región participa en algún tipo de actividad educativa, aunque el porcentaje varía sustancialmente de país en país.
Países como Chile y Perú tienen los niveles más altos de participación escolar, mientras que Guyana, Guatemala y Belice están en el extremo opuesto.
Pasado más de un año desde el inicio de la pandemia, apenas un cuarto de los alumnos de la región asiste a la escuela de manera presencial.
Los países donde menos asisten en persona son Ecuador, Perú, Panamá y México.
Comparando a las personas que tenían trabajo antes da la pandemia y que ahora no lo tienen, el 18% de los hombres han sido afectados por esta situación, mientras que el 39% de las mujeres sufre esta secuela de la crisis.
Es por eso que los investigadores concluyen que las mujeres tienen más del doble de probabilidad que los hombres de haber perdido su trabajo. Y peor aún: más de la mitad abandonó por completo la fuerza laboral.
¿Las razones?, principalmente el cuidado de otros en la casa y el trabajo doméstico no remunerado.
Este es uno de los temas más sensibles para las familias. La ocupación aún está por debajo de los niveles previos a la pandemia, pero lo más inquietante es que la calidad del trabajo disponible ha empeorado.
El 27% de los que tenían empleo antes de la pandemia está sin trabajo, según datos recopilados a través de encuestas telefónicas realizadas por los organismos internacionales hasta junio de este año.
Por países, los casos más críticos son los de Haití, Colombia y Panamá.
Al comparar la situación que existía antes de la pandemia con lo que está ocurriendo en la actualidad, el empleo bajó, el trabajo informal aumentó y las horas promedio de trabajo semanal disminuyeron.
Muchos salieron de la fuerza laboral por completo y más de la mitad de los que trabajan tienen un empleo informal.
Cerca de la mitad de los hogares sigue sin recuperar el nivel de ingresos total que tenía antes de la pandemia. Un 48% de las familias informa que ha tenido una reducción de sus ingresos durante esta crisis.
Los países más afectados son Haití, Colombia y Ecuador, mientras que Argentina, El Salvador y Honduras han logrado acercarse con mayor velocidad a la situación que tenían en 2019.
Durante la pandemia, la inseguridad alimentaria prácticamente se duplicó. 24% de los hogares se quedó sin comida por la falta de dinero.
Y los países con mayores niveles de desigualdad y pobreza antes de la pandemia fueron los más afectados por la escasez de comida.
La mayoría de los niños de la región participa en algún tipo de actividad educativa, aunque el porcentaje varía sustancialmente de país en país.
Países como Chile y Perú tienen los niveles más altos de participación escolar, mientras que Guyana, Guatemala y Belice están en el extremo opuesto.
Pasado más de un año desde el inicio de la pandemia, apenas un cuarto de los alumnos de la región asiste a la escuela de manera presencial.
Los países donde menos asisten en persona son Ecuador, Perú, Panamá y México.
Comparando a las personas que tenían trabajo antes da la pandemia y que ahora no lo tienen, el 18% de los hombres han sido afectados por esta situación, mientras que el 39% de las mujeres sufre esta secuela de la crisis.
Es por eso que los investigadores concluyen que las mujeres tienen más del doble de probabilidad que los hombres de haber perdido su trabajo. Y peor aún: más de la mitad abandonó por completo la fuerza laboral.
¿Las razones?, principalmente el cuidado de otros en la casa y el trabajo doméstico no remunerado.
Aunque el panorama general suele ser bastante desolador, hay al menos dos sectores donde las huellas de la pandemia han sido menos severas.
El acceso a los servicios de salud se restableció en la mayoría de los países. De hecho, el porcentaje de hogares donde uno de sus miembros no pudo acceder a servicios de salud solo llega al 3,5%, de acuerdo a las respuestas de los encuestados.
Esto no se refiere a la calidad del servicio recibido, pero es un dato que permite comparar el nivel de acceso a la salud, que durante la pandemia llegó a colapsar en algunas ciudades y países donde muchas personas perdieron la vida esperando atención médica.
Y uno de los efectos positivos que destacan los investigadores del estudio es que se produjo un gran aumento en el uso de servicios y transacciones digitales desde el inicio de la pandemia.
El 52% de los encuestados reconoció un incremento en el uso de aplicaciones o páginas web para transacciones, mientras que un 49% señaló que utilizó más la banca móvil.
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