Este jueves 7 la selección peruana de fútbol debutó en las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026 con un empate sin goles ante Paraguay. A diferencia de los últimos procesos clasificatorios, los guaraníes recibieron a la Blanquirroja en el estadio Antonio Aranda, en Ciudad del Este, en lugar del clásico escenario del Defensores del Chaco, en la capital Asunción.
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La locación asignada, sin embargo, reúne una gran serie de particularidades entre las que destacan el nombre que llevaba hasta hace unos años, dedicado a un exdictador que marcó la historia de Paraguay en el siglo XX; los altos índices de contrabando que registra y su cercanía con una de las principales maravillas naturales de la región, por solo mencionar a algunas.
Capital del departamento de Alto Paraná y ubicada a 327 kilómetros al este de Asunción, Ciudad del Este conforma junto a Foz de Iguazú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina) la Triple Frontera, ciudad la locación paraguaya la más grande de las tres.
Ciudad del Este es considerada la segunda ciudad más importante de Paraguay. En ella viven 308.983 de los 6,7 millones de habitantes totales que registra el país, según datos del INE.
A solo 34 kilómetros del centro de Ciudad del Este se encuentran las famosas Cataratas de Iguazú, una auténtica maravilla de la naturaleza conocida a nivel global. También se pueden encontrar otros lugares interesantes, como la represa de Itaipú, una de las centrales hidroeléctricas más grandes del mundo.
Una de las teorías detrás del cambio de locación para la selección paraguaya es que en Ciudad del Este consiguieron una sorpresiva victoria contra la entonada Ecuador de Gustavo Alfaro en la penúltima fecha de las Eliminatorias rumbo a Qatar 2022. Por otro lado, el bajo rendimiento guaraní en sus últimos cotejos hacía que el Defensores de Chaco -con capacidad para 42 mil aficionados- luciera cada vez más vacío, situación que se disimula muy bien en las 28 mil bancas con las que cuenta el Antonio Aranda.
15 mil millones de dólares en transacciones comerciales
Un nombre polémico
Fundada el 3 de febrero de 1957 bajo el nombre de Puerto Flor de Lis por orden del entonces dictador Alfredo Stroessner, la ciudad debía marcar el final de la importante Carretera al Este, con la que Paraguay buscaba mejorar sus chances comerciales y evitar los altos costos que implicaba transportar sus productos a través del río de La Plata.
Pero su nombre no tardó en cambiarse por el de Puerto Presidente Stroessner. en honor al dictador. Para los opositores a la dictadura, sin embargo, la característica vegetación del área y su negativa a citar a Stroessner llevó a que la bautizaran popularmente como Ciudad Jardín.
Stroessner, quien gobernó el país desde 1954 hasta que fue derrocado en un golpe de Estado dirigido por el general Andrés Rodríguez en febrero de 1989, es acusado de haber asesinado a entre 350.000 y 450.000 enemigos políticos -principalmente señalados de comunistas- además de torturar, perseguir y encarcelar a otros tantos miles de personas.
Tras la caída del tirano se convocó a un plebiscito popular en la que se eligió Ciudad del Este como el nuevo nombre, por encima de opciones como .
Cuna del contrabando
La construcción del Puente de la Amistad, que cruza el río Paraná y brinda a Paraguay una salida hacia el océano Atlántico a través de Brasil, además de las represas de Acaray e Itaipú, hizo que la economía en Ciudad del Este despegara en las décadas de 1960 y 1970.
Este boom comercial, además, no tardó en atraer a grandes comunidades migrantes, entre las que destacan las provenientes de China, India, Líbano, Siria, Taiwán y Corea.
Tanto el crecimiento demográfico como económico de Ciudad del Este la convirtieron en la segunda urbe más importante de Paraguay, superada únicamente por Asunción.
A la par del desarrollo, sin embargo, la ciudad se ha sumido en las garras del contrabando, la mafia y el crimen organizado. Desde 1995 es bautizada como “la Hong Kong de América” por la enorme cantidad de mafias orientales que ahí operan.
Por otro lado, se estima que unas 40 mil personas visitan Ciudad del Este en un día normal para poder comprar mercadería a menor precio, principalmente proveniente del sur de Brasil y del norte de Argentina.
Este movimiento provoca que la ciudad registre unos 15 mil millones de dólares anuales en promedio por transacciones comerciales. Sin embargo, mucho de los productos que ahí se intercambian provienen de la extendida red de contrabando que opera en la urbe paraguaya desde hace décadas.
Desde cigarrillos hasta perfumes, relojes, artículos de computación, sistemas electrónicos o incluso automóviles, la mayoría de productos que se encuentran en Paraguay provienen de fuentes ilegales, ya sea que hayan cruzado de forma ilegal alguna frontera, como la chilena o brasileña, o que hayan sido falsificados en el mercado local.
Los casi inexistentes controles aduaneros y las enormes diferencias en impuestos entre Paraguay y otros países -donde se estima que los productos tienen una carga tributaria total del 13,5%, muy lejos del 25,5% de Brasil y Chile, por ejemplo- son dos de los principales catalizadores para que este fenómeno tenga lugar.
Las huellas de Bin Laden (y otras células terroristas)
Otro de los aspectos que mayor preocupación despertó hacia finales del siglo XX e inicios del XXI fue la presunta operación de células yihadistas desde la Triple Frontera, especialmente desde Ciudad del Este.
Luego del atentado contra la embajada de Israel en Argentina y la AMIA, en 1992 y 1994 respectivamente, el servicio de inteligencia argentino (SIDE) comenzó a sospechar que los detonadores utilizados en los ataques habían salido de la Triple Frontera. Una de las principales razones para sus pesquisas fue la creciente cantidad de migrantes árabes que ahí vivían.
En 1999, la SIDE envió un informe tanto a la CIA estadounidense como al Mossad israelí advirtiendo sobre la presencia de terroristas que pertenecían a Al Qaeda y respondían a las órdenes de Osama bin Laden.
Los agentes de inteligencia registraron múltiples reuniones realizadas por la población árabe de la zona, muchas veces mediante cámaras instaladas cerca las mezquitas de Ciudad del Este y Foz de Iguazú.
Para el 2001, luego de producido el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, la SIDE revelaría que además de agentes de Bin Laden, como Al Said Hassan Hussein Mokhless, también operaban en la zona células de Hezbolá y radicales iraníes.
En los últimos años las autoridades de los tres países coinciden en que Hezbolá se ha establecido en la zona, principalmente para operar las redes de narcotráfico que se alimentan de la droga producida en Colombia y el Perú, trasladarlas por Bolivia, utilizando a Paraguay como cruce hacia Brasil y embarcarlas a través del río Paraná, el océano Atlántico o dar la vuelta y enviarla a Rosario o Buenos Aires.
Pero el extremismo islámico no es el único grupo criminal presente en la zona. El control del territorio se lo disputan también los despiadados cárteles brasileños Primer Comando de la Capital y el Comando Vermelho.
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