La guerra de Israel en Gaza contra la milicia palestina Hamás ha convertido a Belén, el lugar donde según la Biblia nació Jesús, en una ciudad fantasma. La celebración de la Navidad solía atiborrar de visitantes a este lugar, pero hoy prácticamente no hay nadie.
Desde noviembre las autoridades de Belén habían decidido reducir al mínimo las festividades por Navidad en solidaridad con el pueblo de Palestina.
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Como explica un informe de la cadena CNN, este año se han retirado las decoraciones que antes adornaban los barrios de Belén. También se cancelaron los desfiles y las celebraciones religiosas. En el centro de la ciudad, el tradicional enorme árbol de la Plaza del Pesebre brilla por su ausencia. Dicha plaza permanece vacía y solo es vigilada por numerosos agentes de seguridad palestinos.
La iglesia de la Natividad, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco, atrae normalmente a cientos de miles de turistas cada año. Ahora no hay peregrinos y los hoteles de Belén están vacíos, da cuenta la agencia AFP.
Por los niños de Gaza
“Este año, sin el árbol de Navidad y sin luces, sólo hay oscuridad”, dijo a la agencia AP John Vinh, un monje franciscano de Vietnam y que vive en Jerusalén desde hace seis años.
Contó que siempre llega a Belén por Navidad, pero explicó que este año era especialmente sombrío mientras miraba el nacimiento en la Plaza del Pesebre, donde un niño Jesús envuelto en una tela blanca recordaba a los cientos de menores muertos en los bombardeos en Gaza. Ese niño no está en un pesebre, sino entre ruinas y alambres que representan al enclave palestino.
Las figuras en madera de la Virgen María, San José, la vaca y el burro y los Reyes Mayos completan la escena, como en cualquier nacimiento en el mundo, pero sobre trozos de hormigón y escombros.
“Es una señal de solidaridad con nuestros niños que están muriendo cada día”, comentó a la agencia EFE el reverendo Munther Isaac, uno de los religiosos de la Iglesia luterana de la Navidad.
La guerra estalló el 7 de octubre tras el ataque de Hamás contra el sur de Israel, en el que asesinaron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles. Ese día, los islamistas también secuestraron a unas 240 personas, de las cuales 129 siguen cautivas en Gaza.
En respuesta, Israel prometió “aniquilar” a Hamás y lanzó una ofensiva aérea, marítima y terrestre contra Gaza, gobernada por Hamás desde el 2007. La represalia israelí deja al menos 20.424 personas muertas, en su mayoría mujeres y niños.
Belén es una ciudad palestina ubicada en el centro de Cisjordania, a unos 9 km al sur de Jerusalén y enclavada en los montes de Judea. Desde diciembre de 1995 se encuentra administrada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Desde el 7 de octubre, Israel restringe la circulación en Belén y otras ciudades palestinas de la Ribera Occidental, con puestos de control militares que permiten entrar y salir, lo que afecta a los palestinos que intentan ir a trabajar, reseñó CNN.
El turismo se fue de Belén
“No podemos justificar sacar un árbol y celebrar con normalidad, cuando algunas personas (en Gaza) ni siquiera tienen casas a las que ir”, dijo el domingo a la AP Ala’a Salameh, uno de los propietarios del restaurante Afteem, un local familiar ubicado a unos pasos de la Plaza del Pesebre.
Salameh sostuvo que la víspera de Navidad suele ser el día más atareado del año. “Normalmente no puedes encontrar ni una silla para sentarte, estamos llenos de la mañana a la medianoche”. Este año sólo había una mesa ocupada, por periodistas que se tomaban un descanso de la lluvia.
El empresario refirió que su restaurante operaba en torno al 15% de su capacidad normal y que no podía cubrir los costos operativos. Estimó que incluso cuando termine la guerra, tomará otro año para que el turismo vuelva a Belén con normalidad.
AP explicó que la cancelación de los festejos navideños representa un duro golpe para la economía local, pues el turismo representa el 70% de los ingresos de Belén, casi todo durante los días de la Navidad.
Una historia parecida es la de Amir Michael Giacaman, quien abrió su tienda, “Il Bambino”, que vende tallas en madera de olivo y otros recuerdos, por primera vez desde el 7 de octubre. No ha habido turistas y pocos vecinos tienen dinero porque los que trabajaban en Israel han tenido que quedarse en casa, indicó la AP.
“Cuando la gente tiene dinero extra, va a comprar comida”, dijo a la AP su esposa, Safa Giacaman. “Este año contamos la historia de la Navidad. Celebramos a Jesús, no el árbol, no a Santa Claus”, agregó.
“Nuestro mensaje cada año en Navidad es uno de paz y amor, pero este año es un mensaje de tristeza, dolor e ira ante la comunidad internacional por lo que está ocurriendo y pasando en la Franja de Gaza”, manifestó por su parte el alcalde de Belén, Hana Haniyeh, en un mensaje.
CNN conversó con Rony Tabash, propietario de una tienda de tercera generación que se ha quedado sin clientes.
La tienda de Tabash ofrece recuerdos y figuras talladas en madera de olivo, es una de las pocas que permanecen abiertas, por el deseo de apoyar a los hábiles artesanos que fabrican su mercancía.
“Nunca habíamos visto la Navidad así”, dijo Tabash a CNN . “Desde hace tres meses, sinceramente, no tenemos ni una venta... No quiero perder la esperanza”.
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