La pandemia de COVID-19 será recordada por muchas cosas, pero creo que una de las más importantes, además del trágico número de muertos que produjo, será que disparó las ventas de robots en el mundo. Puede que esta pandemia marque el comienzo oficial de la era de la automatización.
Nuevos datos de la Federación Internacional de Robótica (IFR) con sede en Fráncfort, Alemania, muestran que las compras estadounidenses de robots industriales alcanzaron un récord histórico en el 2020.
A pesar de la recesión económica, las ventas de robots industriales aumentaron un 7% en Estados Unidos el año pasado, dice la federación. Eso incluyó un aumento del 72% en robots para hospitales y farmacias, y un aumento del 60% en robots para empresas de alimentos.
“La pandemia puede marcar un punto de inflexión en las actitudes de la gente hacia los robots”, me dijo la secretaria general de IFR, Susanne Bieller.
Cuando escribí el libro “Sálvese quien pueda!: El futuro del trabajo en la era de la automatización”, en el 2018, dije que las principales razones por las que los robots van a reemplazar a cada vez más trabajadores es que son cada día más baratos, y más inteligentes. Pero ahora hay varias razones adicionales por las que aumentará el uso de los robots.
En primer lugar, la pandemia de COVID-19 paralizó a muchas empresas, y estas compañías querrán estar mejor preparadas para futuras pandemias. Muchas empresas empezaron a usar robots durante la pandemia para reemplazar a sus trabajadores ausentes, o para reducir el riesgo de infecciones. Los robots no se contagian de coronavirus, no necesitan estar sentados a dos metros de distancia, y trabajan las 24 horas del día. Además, no se toman vacaciones, ni piden aumentos de sueldo.
En segundo lugar, la pandemia de COVID-19 hizo que muchas empresas tomaran conciencia de la fragilidad de sus cadenas de suministros. Cuando Estados Unidos se quedó sin máscaras faciales y otros productos médicos fabricados en China a principios del 2020, cundió el pánico. Muchas empresas decidieron depender menos de sus importaciones de China.
El temor a nuevas interrupciones en las cadenas de suministros no desaparecerá, entre otras cosas por las persistentes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China que pueden terminar en una guerra comercial y nuevas disrupciones en el comercio.
Además, existe una creciente ansiedad por la posibilidad de desastres naturales o accidentes como la crisis marítima de la semana pasada en el canal de Suez de Egipto. El canal, por el que pasa el 15% del comercio mundial, estuvo bloqueado durante casi una semana después de que el carguero Ever Given se atascó y bloqueó el paso de más de 300 cargueros.
En tercer lugar, la pandemia de COVID-19 le dio a las empresas multinacionales una pausa para repensar sus estrategias a largo plazo, y muchas decidieron trasladar parte de su producción a robots. Antes de la pandemia, muchas empresas estaban tan ocupadas atendiendo a sus negocios cotidianos que nunca se habían tomado el tiempo de analizar la posibilidad de automatizarse.
La creciente automatización del trabajo acelerará la eliminación de muchos trabajos, incluyendo muchos trabajadores manufactureros, cajeros en los supermercados y vendedores.
Por eso es más importante que nunca que, como países, nos concentremos en recapacitar a millones de trabajadores y que mejoremos drásticamente los estándares educativos.
No soy pesimista, porque históricamente la tecnología siempre ha producido más empleos de los que ha eliminado. Pero la transición a una sociedad automatizada será traumática. En el mundo pos-COVID 19, los robots estarán en todas partes, y el que no se prepare para vivir con ellos se va a quedar atrás.
© El Nuevo Herald. Distribuido por Tribune Content Agency, LLC
–Glosado y editado–