Los candidatos presidenciales deberían prestar mucha atención al amplio consenso que revela la encuesta de Ipsos efectuada entre los participantes en CADE 2015. Como se sabe, este foro es el punto de encuentro más importante de empresarios y líderes de opinión del país. Sus actitudes son representativas del sentir de los agentes económicos y la prensa nacional.
Entre los consensos detectados en la encuesta destacaría los siguientes:
1) Frustración por el tiempo perdido. Por primera vez en la última década son más los asistentes a CADE que piensan que el Perú está retrocediendo que los que creen que está progresando. La mayoría cree que se ha avanzado en la mejora de la educación y la reducción de la pobreza pero que se ha perdido competitividad económica y que la inseguridad y la corrupción se han agravado. En consecuencia, solo 8% aprueba la gestión del presidente Ollanta Humala, la cifra más baja en este foro que se tenga registro.
2) Las cinco prioridades. Los participantes en CADE consideran que las prioridades del próximo gobierno deben ser la calidad de la educación, la seguridad ciudadana, el crecimiento económico, la construcción de infraestructura y la lucha contra la corrupción. Son las mismas cinco prioridades reclamadas el año pasado. El rumbo está claro.
3) El crecimiento económico. Si el próximo gobierno tiene la voluntad y la capacidad de dinamizar la inversión privada, el país podría crecer a una tasa anual de 5%. De no ser así, la tasa de crecimiento del PBI sería 2% o menos. Tres puntos porcentuales de diferencia son decenas de miles de empleos y de recursos fiscales.
4) La corrupción frena el crecimiento. A la pregunta sobre las medidas para reactivar la inversión, la primera respuesta es inédita: Combatir eficientemente la corrupción. Los empresarios no piden reducción de impuestos o facilidades especiales. Piden menos corrupción. Las empresas –como las personas– están hartas de padecerla.
5) Basta de criminales y corruptos. Entre las 36 propuestas de la asociación civil Transparencia para fortalecer la democracia, evaluadas en CADE, las que tienen mayor respaldo son prohibir la postulación de candidatos que hayan estado en prisión por delitos graves y el levantamiento de la inmunidad parlamentaria. No más autoridades ni congresistas con antecedentes o sospechas de corrupción.
6) La corrupción causa inseguridad. Las medidas más reclamadas para reducir la inseguridad ciudadana no son mayor equipamiento policial o sacar las Fuerzas Armadas a la calle, sino combatir decididamente la corrupción en el sistema judicial y la Policía Nacional. Los participantes en CADE están convencidos de que no se logrará mejorar la seguridad si no se empieza por erradicar la corrupción en los organismos llamados a combatir y sancionar la delincuencia.
7) La sobrerregulación laboral causa informalidad. Los asistentes a CADE están convencidos de que la alta tasa de informalidad en el país, que genera malas condiciones de trabajo y evasión tributaria, se podría reducir significativamente si se flexibiliza la regulación laboral y se dan incentivos tributarios –que compensen los sobrecostos laborales– a las empresas formales para que contraten más trabajadores.
8) Estado al servicio del ciudadano. Los participantes en CADE apoyan la promoción de la meritocracia y que los servidores públicos perciban remuneraciones similares a las del sector privado. Asimismo, confían en que las alianzas público-privadas son un excelente mecanismo para que el Estado desarrolle más eficientemente obras y servicios en beneficio de los ciudadanos.
9) Liderazgo. De manera similar al electorado en su conjunto, los asistentes a CADE piensan que las características más importantes para ser presidente de la República son liderazgo, visión de futuro y honestidad. En comparación con una encuesta similar efectuada hace 5 años en CADE electoral anterior, el factor liderazgo que fue mencionado entonces por 55% de los participantes pasa ahora a ser señalado por 81%. Es evidente que se ha vuelto la condición clave para que el desarrollo nacional sea posible.