“La primera víctima de la guerra es la verdad”. Esta frase atribuida a Esquilio, un dramaturgo de la antigua Grecia, podría definir lo que viene ocurriendo en el Ministerio Público.
Hace un mes se detuvo a Jaime Villanueva, asesor de la suspendida fiscal de la Nación Patricia Benavides, salvo su “inmediata suspensión” y varios fuegos artificiales, no hay –hasta el momento– investigación alguna a Benavides, por lo que nos preguntamos a dónde irán a parar los resultados de las pesquisas realizadas a Villanueva y, además, ¿quién está confirmando sus dichos y su supuesta condición de colaborador eficaz?
Hace 10 días y también de madrugada se allanaron las viviendas del exministro Hernán Garrido Lecca y del abogado José Luis Hauyón supuestamente por haber sido “asesores en la sombra” de la fiscal Benavides.
Según la trama, Garrido Lecca habría influido en los miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) para que Benavides alcance el rango de fiscal Suprema que la llevaría a ser la titular del Ministerio Público.
Al evidenciarse el hecho que de ser cierta la hipótesis de la influencia de Garrido Lecca, lo lógico era que se investigara a los miembros de la JNJ. El tema se perdió en el tumulto de los acontecimientos. Un dato no menos importante fue la declaración del exministro alegando que fue el fiscal Rafael Vela quien le presentó a Patricia Benavides. Con esto pareciera como si Garrido Lecca hubiera apretado la tecla “mute”.
A cierto sector político que cuenta con repetidores de sus teorías les encanta crear relatos a conveniencia de sus intereses y lo estamos viendo con los nuevos hallazgos sobre la intervención del director del portal IDL-Reporteros en ciertas acciones del exfiscal de la Nación Pablo Sánchez.
La periodista Milagros Leiva ha hecho pública la declaración del fiscal Álvaro Rurush quien el 10 de julio del 2018 participó en la diligencia de exhibición voluntaria de pruebas en las instalaciones de IDL-Reporteros, en el marco del caso ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’. Según el testimonio de Rurush, el propio fiscal de la Nación Pablo Sánchez se comunicó con él para que detuviera la gestión.
La diligencia fue un hecho público, como también lo fueron las declaraciones del director de IDL-Reporteros, Gustavo Gorriti, quien contó a los medios que se había comunicado con el entonces fiscal de la Nación Pablo Sánchez.
Tal como se supo entonces, se detuvo la intervención y el Ministerio Público lamentó en su cuenta de Twitter las “incomodidades surgidas debido a una diligencia de exhibición de documentos […] la misma que fue suspendida por la falta de un documento que no pudo ser presentado al inicio de esta”.
Los defensores de Gorriti señalan que se trata de un refrito, pero omiten que lo publicado por Leiva es la declaración del fiscal Rurush de abril de este año. Tampoco dicen que no se trataba de allanamiento ni de incautación alguna.
En un comunicado, el propio Sánchez admite que llamó al fiscal Rurush. “Si en ese momento me comuniqué con el fiscal era porque se estaba realizando una diligencia de manera irregular”.
Como vemos, en esta guerra por el poder la verdad es lo de menos. Lo único importante para algunos es contar los hechos de tal modo que alimenten su teoría.
La periodista Bari Weiss lo deja claro en su carta de renuncia a “The New York Times” en julio del 2020. “Siempre me enseñaron que los periodistas estaban encargados de escribir el primer borrador de la historia. Ahora, la historia en sí misma es una cosa más efímera moldeada para ajustarse a las necesidades de una narrativa predeterminada”.