El expresidente Martín Vizcarra ha sido señalado como cabeza de una organización criminal. La Fiscalía de la Nación ha abierto una investigación en su contra.
Hay cinco colaboradores eficaces y tres testigos protegidos en este caso. De ellos, siete apuntan al exmandatario como destinatario de coimas.
Vizcarra señala que solo uno de los testimonios lo sindica directamente. Karem Roca, exsecretaria de Vizcarra, dice que vio dinero en maletines y en tubos portaplanos para él.
Carlos Revilla Loayza visitaba a Vizcarra. Fue director de Provías Descentralizado. Según otro implicado, Alcides Villafuerte, Revilla le contó que visitaba al expresidente. Para tales visitas se disponía apagar las cámaras de Palacio de Gobierno.
Vizcarra se reveló como una persona dispuesta al engaño. En el 2019, se reunió entonces con el ex gobernador regional de Arequipa Elmer Cáceres Llica (hoy preso por corrupción), sobre la mina Tía María.
El ex jefe del Estado dijo ante autoridades regionales de Arequipa: “Hay argumentos para retroceder, vamos a hacerlo”. Proponía, sin embargo, salir a decir otra cosa, que los regionales se opusieran, y así llegar a la anulación del proyecto.
La inclinación al encubrimiento es evidente en el Caso Richard Swing. Vizcarra negó conocerlo más allá de la campaña electoral. Después, se supo que Swing lo había visitado varias veces. Luego salieron grabaciones con Vizcarra diseñando fórmulas para ocultar las visitas del cantante.
La vocación por el ocultamiento también se vio en la pandemia. Vizcarra y su familia se vacunaron clandestinamente. Después, Vizcarra dijo que había sido voluntario para la vacuna. Cientos de miles de peruanos fallecían por COVID-19 y por inoperancia de las autoridades del gobierno del investigado.
Vizcarra cerró el Congreso en el 2019. Usó el invento de la “denegación fáctica” de la cuestión de confianza para hacerlo. Gobernó sin Congreso casi medio año. Había llevado a posiciones claves en la administración a sus amigos, Los Moqueguanos.
Edmer Trujillo fue ministro de Transportes y Comunicaciones. Antes, durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, Vizcarra lo hizo nombrar ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Había sido gerente general del Gobierno Regional de Moquegua durante la gestión del ex jefe del Estado.
Carlos Estremadoyro, Carlos Lozada y Carlos Revilla también coparon cargos. Lozada fue ministro de Transportes y Comunicaciones, y Vivienda, Construcción y Saneamiento. A Vizcarra lo señalan los nombramientos que hizo.
Su recorrido en la administración pública comenzó cuando tenía 25 años. Fue nombrado entonces gerente del proyecto Pasto Grande por su padre, secretario general del Apra y prefecto, en Moquegua (Carlos Paredes, “El perfil del lagarto”, 2021, pp. 44-45).
Una comisión del Congreso, de 1989, encontró responsabilidad funcional, administrativa, civil y delictiva en el joven Vizcarra. Nada pasó y Vizcarra se encaminó hacia la presidencia.
Vizcarra dice que no sabía nada de los coimeros. A estas alturas, sin embargo, es como la parodia: “Son mis amigos, pero no sé nada”. Nos quiere decir que fue engañado tantas veces por sus amigos. ¿Qué nos libra de su ‘ceguera’ para captar socios y amigos, tan amigos de él como amigos de la corrupción?
Vizcarra debe ser investigado, y a fondo. No debería, mientras tanto, postular a ningún cargo público. No vaya a ser que lo vuelvan a engañar