Si echamos una mirada a nuestra historia reciente, lo cual siempre es bueno, notaremos que en el 2010 y a inicios de la segunda vuelta electoral nuestro país era un hervidero. El dirigente aimara Walter Aduviri incendió –literal– la aduana de Puno y los comicios corrían peligro de no realizarse en esa región. Uno de los candidatos de fuerza, Ollanta Humala, se negaba a invocar a la calma y no condenaba los actos violentos. La razón de fondo es que requería de esos votos para ganar la ajustada elección frente a Keiko Fujimori.
Ahora Walter Aduviri ha pasado a la segunda vuelta en la elección regional de Puno y puede ganar. La primera dama declara en un periódico extranjero que ni en su peor pesadilla “se le había pasado por la cabeza” postular a la presidencia y que la frase lanzada acertadamente por el ex presidente Alan García se debe a “celos políticos”. En el Perú tenemos claro que las actitudes y acciones del gobierno conducían a ver de manera prístina la ‘reelección conyugal’.
También dijo haber remecido al machismo. Si estuviera a favor de los derechos de las mujeres, hace tiempo el régimen habría comprendido que el aborto por violación es un derecho mínimo, tal vez el más humano de estos. O sea los peruanos no somos ‘opas’, la opinión pública no es manipulable y en política no hay víctimas, solo errores y ceguera.
El error del gobierno, promovido por la pareja presidencial, es que las elecciones ingresaron a escena antes de tiempo. Cosa que fue fatal para el país. Un ministro de Economía que actuaba para que el descontrol en el gasto no nos perjudicara paró al país, debiéndose apoyar en la primera dama para frenar una inútil compra de una refinería o para mover, de mala manera, a un primer ministro.
La confianza del inversionista, que es bajetona, ha remontado un pelo en la última medición de agosto según el BCR. Igual comportamiento tiene la confianza del consumidor. Cifras al canto en lo que va del año: la inversión privada crecerá -2%, los que quieren guardar la ecuanimidad dicen 0. Y el gasto en inversión pública del gobierno que nunca pensó en la ‘reelección conyugal’ es de 0%.
Las cifras hablan al igual que las fotos y los objetivos que se trazan los políticos. Entonces veamos: en lo que va del año el agro, la minería, la manufactura crecerán 0%. La pesca ostenta un crecimiento negativo. La construcción creció 1%, servicios 6% y comercio 5%. Si se tiene suerte el PBI crecerá 3%, bien pálido por decir lo menos.
Si el empleo formal urbano crecerá 1% en el 2014 las cosas para el próximo año, a la vuelta de la esquina, no pintan muy auspiciosas. El gobierno insiste en el 6% del PBI pero no será así y todos lo sabemos. Más aun con la región Cajamarca, minera por excelencia, detenida por razones de orientación ideológica del nuevo gobierno regional. Conga no va ni de a raspas y Galeno y Michiquillay no sabemos bien. Las autoridades electas afirman que Cajamarca vivirá del turismo y de la agricultura. El régimen solo respeta lo que ahí ocurre.