- Lee aquí el Editorial de hoy viernes 9 de febrero: “En representación de un prófugo”
Desde que el Congreso de la República entró en receso parlamentario a mediados de diciembre del 2023, la atención mediática inevitablemente ha girado hacia el Ejecutivo. Para el Congreso, estos meses de “pausa activa” le permiten tener un perfil más bajo y descansar de la tormenta mediática que siempre lo persigue. Para el Ejecutivo, esto significa que la lupa –usualmente enfocada en los congresistas y sus desmanes– ahora se enfoca en ellos.
Para nosotros, como ciudadanos, este momento es también una oportunidad para evaluar al Gobierno sin el zumbido que suele emanar desde el Congreso. Es un momento crucial para que nosotros, los electores, evaluemos a nuestro gobierno sin distracciones de por medio. Con esto en mente, ¿qué nota le pondrían hasta el momento? Posiblemente reprobado.
El receso ha sacado a la luz los problemas dentro del propio Gabinete Ministerial… Desde el ministro del Interior y su rencilla con el ex comandante general de la PNP, hasta la titular de Cultura y el reciente desastre en Machu Picchu. Después tenemos a los ministros que vienen siendo cuestionados hace ya un buen tiempo, como el de Economía y el propio Alberto Otárola, a quien la mayoría de los peruanos preferiría ver fuera del Gobierno. Podríamos también incluir a Vivienda y Producción, que han protagonizado sus propios dramas en las últimas semanas.
Ahora, es innegable que tanto el Congreso como el Ejecutivo han sido objeto de escándalos y críticas. Ninguno se salva. Lo que quiero decir es que, mientras el primero está de receso, los ciudadanos podemos realmente enfocarnos en el funcionamiento del Gobierno, que a menudo logra ocultar sus propias fallas detrás del ruido del Legislativo.
El Gobierno sí que debe extrañar al Congreso, ¿no? Debe estar contando los días para que se inicie la legislatura y el Parlamento vuelva a ser portada todos los días. Mientras tanto, nosotros, como ciudadanos, debemos aprovechar este período para realizar una evaluación exhaustiva del desempeño del Gobierno. Es innegable que ha decepcionado en sus acciones hasta el momento.
La ciudadanía está ahora más convencida que nunca de que este gobierno no está a la altura de lo que requiere el país. La pronta reanudación de la legislatura parlamentaria no quiere decir que puede volver al statu quo, sino que tendrá que esforzarse más que nunca para demostrarle a la ciudadanía que son capaces de manejar este país hasta el 2026.