Ayer, en la Plaza de Toros de Madrid, colmada de aficionados, el quinto toro de la tarde asestó una feroz cornada al matador valenciano Manuel Granero. El asta penetró por un ojo llegando al cerebro. El diestro murió instantáneamente. Granero, en este momento, era la figura más importante de la torería. Pese a su juventud, solo 20 años, estaba consagrado por su gallardía y elegancia. Era, en suma, una gran figura del toreo. El público, hondamente impresionado por la tragedia presenciada, abandonó inmediatamente la plaza. ¡Una víctima más del fatídico mayo!
H.L.M.