En el habla familiar peruana, templarse equivale a enamorarse y estar templado (o templada) a estar enamorado (o enamorada). Templar, del latín těmperare ‘moderar’, ‘combinar lo frío con lo caliente’, se documenta en castellano desde el siglo XIV. Los usos figurados de templarse por enamorarse no son exclusivos de nuestro país, pues se registran igualmente en el habla coloquial de Bolivia y de Chile, país en el cual se documentan los sustantivos temple y tiemple, como equivalentes del derivado peruano templadera ‘enamoramiento’.