Este término del léxico infantil y popular se documenta como designación de Dios, ser supremo. Según el oficial Diccionario de americanismos (2010), el compuesto Papalindo se registra solo en el Perú. Véase un ejemplo en la novela La mentira de un fauno, de Patricia de Souza: “De niño, cuando su abuela lo hacía arrodillarse frente al Papalindo, le daban ganas de hacerla rabiar entonando cualquier canción en lugar de rezar…” (Madrid 1998, p. 46).