Esta locución adverbial se usa desde el siglo XV junto a la equivalente a diestro y siniestro, aquí desconocida. El cambio en el género de diestro y siniestro se debió tal vez a la influencia del sustantivo sobrentendido mano. A diestra y siniestra está documentada en autores tan renombrados como Moratín y Galdós. Por imperdonable descuido, la expresión a diestra y siniestra no aparece en la edición del Diccionario académico del 2001.