Este verbo, obvio derivado del sustantivo cabeza, significa en español general ‘dejarla caer y levantarla súbitamente cuando se está a punto de quedarse dormido’. En el Perú cabecear tiene, además, el sentido negativo de ‘dejar de pagar una deuda’. Véase este ejemplo del diario limeño El Comercio: “Cuidado que estén reeditando esa funesta política del perro muerto, de cabecear, de no pagar nada y mandarle cabezazos a los acreedores” (10/8/2009).