Café es una palabra de origen árabe que pasó al castellano a través del turco, del italiano y del francés; se documenta ya en el primer Diccionario castellano (siglo XVIII). En el Perú, Ecuador y Bolivia se llama café pasado al molido y filtrado por agua a través de una manga cónica de tela o papel poroso, o una cafetera metálica. La expresión nominal café pasado es análoga a la de huevo pasado, pues ambas se han recortado a partir de las locuciones originales café pasado por agua y huevo pasado por agua (se entiende ‘hirviente’).