Aunque este adjetivo, sinónimo de presuntuoso, está directamente relacionado con el sustantivo pretensión, se escribe generalmente con c –y no con s– en la sílaba penúltima. La anomalía se explica por el hecho de que el término se tomó, en el siglo XIX, directamente del término francés prétentieux. Hoy, la lengua culta de España y América Latina prefiere la grafía pretencioso, sobreviviente de una larga campaña antigalicista.