En 1596 un miembro de la Corte inglesa inventó un aparato sanitario para evacuar el vientre o la vejiga, el cual funcionaba con una descarga de agua. El pequeño recinto donde estaba instalado se llamó water closet, denominación que llegó a generalizarse. En el habla familiar de la América hispana se usó water-closet (pronunciado como la sucesión de dos bisílabas graves) para designar el actual retrete, excusado o inodoro; hoy se usa más simplemente wáter (en castellano debe llevar tilde).