Esta obvia formación sobre roca se documenta en nuestro castellano y el de Chile como equivalente de roquedal, es decir, ‘lugar abundante en rocas y peñascos’. Roquerío se consigna en la última edición del DRAE (2014) circunscrito al castellano del Perú y Chile; sin embargo, el también oficial Diccionario de americanismos (2010) amplía el área geográfica del término al Ecuador. Véase un ejemplo de Ciro Alegría, en El mundo es ancho y ajeno: “Echarían quinua por cierto sitio de más allá, donde la tierra también triunfaba, en un largo espacio del roquerío” (Caracas 1978).