En la investigación por la presunta organización criminal que lideraría la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, hay un personaje del que no se está hablando con la importancia debida. Pero que, de acuerdo con las pesquisas del Eficcop, su participación era medular para los objetivos que pretendía alcanzar Benavides y sus cómplices. Se trata del abogado Miguel Girao Isidro, que no solo compartía el puesto de gerente central del despacho de Benavides con el hoy colaborador eficaz Jaime Villanueva. Su rol era tan importante que personas cercanas a la investigación señalan que la suspendida fiscal no firmaba ningún documento sin que antes lo revisara Girao.
Si Villanueva era el ‘Filósofo’, quien le escribía los discursos a Benavides y una especie de operador político para ella, Girao era su principal asesor legal. Era quien la entendía cuando Benavides se ponía legalista. Él no era un personaje ajeno a su familia. De hecho, durante el 2019 trabajó como asesor de Ruth Benavides (hermana de la suspendida fiscal) cuando era presidenta de la Corte Superior de Justicia del Callao en reemplazo de Walter Ríos. Luego, del 2021 al 2022, trabajó como asesor de la congresista Ruth Luque para después llegar como asesor de Benavides ni bien asumió el cargo de fiscal de la Nación. Fue ahí donde ejerció su poder como una suerte de ‘cerebro’ legal de la presunta organización que lideraría Benavides. Fue él quien, según las investigaciones del Eficcop, hizo las coordinaciones para remover del cargo a la fiscal Bersabeth Revilla, que investigaba a Enma Benavides, la otra hermana de la suspendida fiscal. Y también visitaba a congresistas (Lady Camones, por ejemplo) y acudía otras entidades importantes del Estado como el Tribunal Constitucional.
Junto con Villanueva, formaban el círculo de mayor confianza de Benavides. Mientras Villanueva era el rostro más visible, Girao prefería estar detrás del telón. Ambos se conocieron en el 2015, cuando trabajaron en la Escuela del Ministerio Público. Villanueva era el gerente central, y él, el subgerente de Capacitación. Cargos en los que estuvieron por casi tres años. Eso les permitió conocer cómo era la fiscalía por dentro y tejer sus primeras alianzas con el personal. Ahí, por ejemplo, emitieron los certificados que adjuntó Benavides en su postulación como fiscal suprema. Personas que trabajaron con Girao, recuerdan su perfil ambicioso y de estar cerca de personajes de poder.
Hoy, Girao es investigado por presunta organización criminal y tráfico de influencias. Ya no forma parte del Ministerio Público. Renunció tras la caída de Benavides. Sin embargo, su real participación al lado de Benavides recién la estamos empezando a conocer.