En el Perú, dos de cada cinco adolescentes han tenido alguna experiencia con el alcohol u otras sustancias, según Essalud. Esta alarmante realidad resalta la carencia de estrategias preventivas en los colegios, que deberían ser espacios en los que se forma a los jóvenes para enfrentar presiones sociales y emocionales. Es crucial implementar programas de prevención en las instituciones educativas para proteger a los jóvenes y asegurarles un futuro mejor.
Los colegios tienen un papel esencial en la prevención de adicciones, ya que constituyen entornos en los que los adolescentes desarrollan habilidades socioemocionales, como el manejo del estrés, la toma de decisiones y la resolución de conflictos. A través de programas educativos, los estudiantes comprenden los riesgos asociados al consumo de sustancias. Asimismo, los docentes, al interactuar con los estudiantes, tienen la capacidad de identificar señales de alerta y derivar casos a especialistas.
Los programas de prevención en colegios deben ser integrales y continuos, abordando tanto el conocimiento sobre adicciones como las habilidades socioemocionales. Deben incluir actividades interactivas, talleres y sesiones de seguimiento que les enseñen a los jóvenes a manejar la presión social, tomar decisiones saludables y fortalecer su autoestima. Por lo tanto, es esencial ajustar los programas a las necesidades específicas de cada grupo, formar a los docentes, establecer espacios de apoyo psicológico en las escuelas y fomentar la colaboración con las familias y las comunidades, con el objetivo de abordar el consumo de sustancias desde una política educativa preventiva e integral.
La alta incidencia del consumo de sustancias entre adolescentes en el Perú resalta la necesidad urgente de implementar estrategias preventivas en los colegios. Estas deben fortalecer el conocimiento sobre adicciones y el desarrollo de habilidades socioemocionales mediante programas educativos integrales. La colaboración entre especialistas, docentes, familias y comunidades es clave para crear un entorno de apoyo eficaz. Es hora de actuar y unir esfuerzos para garantizar un futuro libre de adicciones, brindando a nuestros jóvenes las herramientas necesarias para enfrentar los retos de la vida con responsabilidad y bienestar.