Desde mágicas historias hasta nostálgicos relatos de amores imposibles, los libros siempre van a dejar huella en quienes los leemos. Recientemente, son cada vez más jóvenes los que se acercan a la lectura y encuentran un espacio seguro en ella.
Actualmente, la literatura juvenil les da voz a problemáticas y a grupos de personas que las antiguas generaciones de autores para jóvenes habían olvidado.
Desde mi punto de vista, como amante de la lectura, considero que el valor de una obra está en su facultad para trascender, su poder para sembrar aprendizajes y su capacidad para dejarnos pensando en su mensaje. En el caso de la literatura juvenil, existen historias con el poder de impactar profundamente.
Mientras la icónica saga “Harry Potter” se consagró como uno de esos libros que tienes que leer al menos una vez en tu vida, la de “Los Juegos del Hambre” encierra una profunda crítica social y política que redefinió el cómo escribir una distopía. Entre tanto, historias más recientes como “La canción de Aquiles” trajeron de vuelta la mitología griega a los jóvenes al adaptar los mitos clásicos a un lenguaje juvenil. Y “Tan poca vida” te relata con crudeza lo cruel que puede ser la vida para algunos y así te invita a reflexionar sobre la tuya.
Es así como, por ellos y muchos otros títulos, estoy firmemente convencida de que existen libros juveniles que tienen todo para ser los clásicos del futuro. Muchos ya se están leyendo en las escuelas y otros se están convirtiendo en la inspiración de nuevas obras, por lo que es crucial que abramos nuestra mente y empecemos a tomar este género más en serio.