El presidente regional de Áncash, César Álvarez Aguilar, se entregó a las autoridades luego de permanecer prófugo durante más de un día.
“Confío en Dios y en que se hará justicia. Me pongo a disposición de la justicia”, señaló el titular del gobierno ancashino, quien se acercó en un taxi a la sede de la Sala Penal Nacional en el centro de Lima.
Unos metros antes de llegar a dicha sede, Álvarez Aguilar fue intervenido por agentes de la Policía Nacional del Perú, quienes procedieron a subirlo a una camioneta con lunas polarizadas. Ellos lo llevaron a la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri).
Un nutrido grupo de personas gritó diferentes insultos contra el aún presidente de Áncash. “Ladrón, corrupto”, fueron algunos de los adjetivos que se escucharon.
El juez Marco Aurelio Tejada Ortiz dispuso ayer la captura de Álvarez y otros 29 personajes acusados por los presuntos delitos de asociación ilícita y homicidio calificado en agravio del ex consejero regional de Áncash Ezequiel Nolasco Campos.
Entre los 30 investigados se encuentran delincuentes comunes, policías, funcionarios del referido gobierno regional e incluso periodistas de la zona.
Una hora antes de que Álvarez se ponga a derecho, el gerente de la institución a su cargo, Hernán Molina Trujillo, hizo lo propio también ante la Sala Penal Nacional.