En el país, la vacunación contra el COVID-19 de niños entre 5 y 11 años inició el lunes 24 de enero. Solo en Lima y Callao, el Gobierno dispuso 49 colegios, 9 hospitales y espacios diferenciados en los 76 centros de vacunación para recibir a los pequeños. “Definitivamente [la vacunación de los niños] nos va a fortalecer para el reinicio de las clases lo más pronto posible”, declaró el entonces ministro de Salud, Hernando Cevallos.
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Tres semanas después, con un cuestionado nuevo ministro a la cabeza del proceso de vacunación y a puertas del inicio de clases, se ha vacunado con una dosis a alrededor del 30% de este grupo de niños y con dos dosis a apenas el 0,11%. Una cifra menor a la que se registraba, en el mismo periodo, en el grupo de 12 a 17 años: 37% con una dosis y 3,6% con dos.
La Unidad de Periodismo de Datos analizó las cifras de vacunación del Repositorio Único Nacional de Información en Salud (Reunis) del Ministerio de Salud (Minsa) y determinó que, en la última semana, el porcentaje diario de niños vacunados de entre 5 y 11 años se redujo en 40%. Se ha pasado de vacunar a un promedio de 82 mil niños al día en la gestión de Cevallos a solo 48 mil, en la del actual ministro Hernán Condori.
“Es urgente y prioritario que se siga dando la vacunación de menores al ritmo en el que se estaba llevando a cabo”, dice el doctor Leslie Soto, internista e infectólogo del Hospital Cayetano Heredia y vocal del Colegio Médico del Perú (CMP), quien pidió a la actual gestión no bajar la guardia.
Según explica, mientras más niños estén vacunados, será más factible llegar a la inmunidad de rebaño. “La idea es que tengamos más de 95% de menores inmunizados para que esa enfermedad no los vaya a atacar, en especial a aquellos que podrían hacer cuadros graves”, sostiene y menciona que a pesar de lo que se cree sí hay niños cuyos diagnósticos se podrían complicar, sobre todo si padecen alguna comorbilidad como obesidad o asma.
Las regiones de Apurímac, Cusco, Tacna, Ayacucho, Puno y Madre de Dios no superan el 20% de niños vacunados con una dosis. Mientras que Huánuco no cubre ni al 10%. Ninguna región tiene al 50% de los niños de este grupo etario vacunados con la primera dosis. Por el contrario, Callao, Ica, Lima Centro y Lima Sur son las zonas con más niños inoculados.
Si consideramos el ritmo actual de vacunación de menores, al 28 de marzo que el Ministerio de Educación (Minedu) ha programado el inicio de clases, faltaría vacunar con una dosis al 22% de los niños de entre 5 y 11 años (923.248), y apenas se llegaría a inocular al 50% con dos dosis. Con el ritmo dado en las dos primeras semanas sí se hubiera podido llegar a vacunar, al menos con una dosis, al 100% de los menores.
En los distritos de Lima, Magdalena, San Miguel, Magdalena, Pueblo Libre, Surquillo, La Perla, Carmen de la Legua y la Punta pasan el 50% de niños vacunados con una dosis. Mientras que Punta Negra es el distrito con el menor porcentaje de niños vacunados: apenas 17,33%. La mayoría de distritos están entre 30% y 40% de niños con una dosis.
Soto afirma que otro punto a tener en cuenta es la estrategia de comunicación para que los padres lleven a vacunar a sus hijos. “La información sobre la inmunización ha sido baja por parte del ministerio, se ha dado por entendido que las personas deberían saberlo y entenderlo todo”, sostiene.
Si bien asegura que en la última parte de la gestión del ministro Cevallos se intentó fortalecer precisamente esta estrategia, Soto apunta se debe mejorar la comunicación para brindar mensajes más explicativos y más claros. “Hay que derribar mitos y aclarar que las vacunas son seguras, no alteran nada, no hacen que los niños tengan COVID-19″, explica.
Condiciones en duda para el retorno a clases
Además de la vacunación, hay otras condiciones básicas y urgentes que se deben generar para el retorno a clases presenciales. El doctor Soto explica que es necesario asegurar agua potable, espacios adecuados, distanciamiento, recreos diferenciados, uso de mascarillas, entre otros.
A menos de siete semanas para el inicio programado aún hay problemas que se deben solucionar. Daniel Contreras, especialista en Educación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) menciona que 7 de cada 10 colegios públicos requieren de una mejora de su infraestructura. “Este problema lo arrastramos desde antes de la pandemia y puede requerir de una solución más a largo plazo, pero también hay que pensar en soluciones de emergencia”, enfatiza.
Un ejemplo de ello es proveer de agua segura a la mayoría de escuelas para asegurar el lavado de manos. Además, se debe asegurar que todas las instituciones puedan resolver la adecuación de sus espacios para la debida ventilación de las aulas y de todas las medidas de bioseguridad.
“Hay que considerar que alrededor de 350 mil escolares de instituciones privadas migraron a colegios públicos entre el 2020 y el 2021″, dice Contreras quien sostiene que esta alta demanda requiere que para el regreso a la presencialidad se tomen en cuenta espacios, mobiliario, docentes y materiales para todos los alumnos. “Es vital asegurar el mantenimiento y la limpieza. El abandono en el que pudieron estar algunas instituciones educativas es un problema que se suma a las deficiencias ya existentes”, afirma.
Desde inicios del 2021, la Contraloría General de la República ha emitido diversos informes de seguimiento del estado de colegios a nivel nacional. Del grupo supervisado, la mayoría no cuenta con infraestructura ni espacios adecuados y pese a que se han dado fondos no se ha hecho las reparaciones ni el mantenimiento necesario.
Para Contreras, generar las soluciones de emergencia para cubrir las condiciones necesarias para el retorno a clases presenciales es urgentel. “Se juega el desarrollo completo del país en las siguientes épocas”, advierte y enfatiza en que el Perú se enfrenta a un desafío en el que la opción no puede ser no reabrir. “La única opción es abrir porque hay que recuperar estudiantes y aprendizajes”, recalca. A la fecha, hay más de 700 mil estudiantes que han abandonado las escuelas o han estado a punto de hacerlo.
Un último punto a tener en cuenta es la información brindada tanto a los colegios como a toda la comunidad educativa. “A veces las normas se asumen como conocidas, eso es jurídicamente correcto, pero no es real y se debe enfatizar en socializarlas”, dice Contreras. En el caso de la información brindada a los padres y a la comunidad el experto señala que se debe orientar e impulsar una especie de cruzada nacional donde todos hagan fuerzas por transmitir por todos los canales mensajes de que la evidencia de que las escuelas son lugares seguros y no se convierten en un punto de contaminación si se dan las condiciones adecuadas.
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