RALPH ZAPATA
Silvia Uscamaita Otárola asegura ser descendiente del cuarto inca, Mayta Cápac, y heredera de la panaca Uscamaita. La teniente alcaldesa de Cusco habla muy bien el quechua, pero también se comunica en español. Hace dos años emprendió la difícil tarea de impulsar un plan de fortalecimiento del quechua, y este fue aprobado la semana pasada con una ordenanza municipal. La iniciativa incluye, por ejemplo, la implementación de una oficina municipal de atención en este idioma, pues, como ella sostiene, “el Gobierno tiene una deuda con los quechuahablantes”. De acuerdo con el INEI, en nuestro país hay 3 millones de quechuahablantes, aunque Fernando Hermoza, presidente de la Academia de la Lengua Quechua, afirma que son 14 millones. Lo cierto es que en Cusco, el 52% de niños mayores de 5 años aprende esa lengua en vez del español. Otro dato que impulsó la iniciativa de Uscamaita fue que, pese a que el quechua es de uso mayoritario en la provincia de Cusco, no se utilizaba en las instituciones públicas y privadas. Además, la regidora constató que la discriminación lingüística en Cusco es muy fuerte. VERDADERA INCLUSIÓNEl plan de fortalecimiento de esta lengua incluye dos ámbitos: municipio de Cusco y la ciudad misma. En el primero se efectuará un diagnóstico de los funcionarios quechuahablantes, a quienes se colocará un distintivo que los identifique. Se implementará una oficina de atención para el público que desee hacer un trámite o consulta en esa lengua; se fijará señalización en quechua dentro del palacio y se publicará el formulario único de trámites para estos ciudadanos. “Queremos darle la debida importancia a nuestro idioma”, dijo Uscamaita. En la ciudad se instaurará la Semana del Quechua (evento que promueve el debate en torno al idioma), así como ferias de libros en esta lengua, la hora del huaino en las radios, concursos de cuentos, campañas de sensibilización sobre el idioma en colegios y paraderos públicos. Hermoza aplaude la iniciativa de Uscamaita, que fue trabajada junto con el centro Guaman Poma de Ayala y la Academia Mayor de la Lengua Quechua. “Este proyecto permite hacerles frente a los diagnósticos, como el de la Unesco, que decía que el quechua era una lengua en peligro de extinción. La idea es que este proyecto se replique. El quechua se está fortaleciendo y cada vez son más los interesados en aprenderlo”, comentó. COMBATIR LA MARGINACIÓNHermoza es consciente de que aún persiste la discriminación hacia la población quechuahablante. “De pequeño, mi madre me prohibía hablar en quechua. Y muchos padres lo hacen. Ven el quechua como algo que los margina, que los aparta de las oportunidades”, comentó. No obstante, una reciente encuesta de Guaman Poma de Ayala en comunidades del valle sur de Cusco revela que el 86% de padres de familia sí quiere que su hijo aprenda quechua.