Desde el primer caso reportado de COVID-19 en Cusco, el 13 de marzo del 2020, la región imperial sigue luchando. Son 1.355 cusqueños los que han perdido la batalla contra el virus, (70% varones y 30% mujeres), el resto con o sin el virus aprende a convivir en una normalidad impuesta, vive al límite de una segunda ola y la llegada de la nueva variante del virus. El drama poco a poco comienza a reaparecer en pasillos, en salas de hospital y alrededor de los mismos.
La respiración es quizá el acto espontáneo más natural de todo ser vivo. Antes no era necesario estar pensando constantemente en dejar el aire entrar y salir de los pulmones correctamente, ahora es un acto que valoramos y sentimos alivio cuando podemos hacerlo con “normalidad”, por eso ver y escuchar la perfecta sincronía de inspiración y expiración de Miguel Huaylla Vargas (76 años) es un deleite, es un milagro de vida.
Miguel, es un sobreviviente del virus. Él pastaba su ganado por las tierras del Centro Poblado San Miguel (Pichigua - Espinar) cuando en setiembre del año pasado la altura de la provincia K’ana confundió la presencia del virus en su cuerpo con un resfriado estacional. Debía ser derivado a Cusco. A medida que su condición se deterioraba y requería más oxígeno, sus recuerdos se disipaban. Él no recuerda cómo y en qué condiciones llegó al Hospital Regional Cusco; solo tiene la certeza del hoy y ve en su pecho las huellas de su momento más crítico en UCI, su cuerpo ya no está entubado ni acostado boca abajo (prono), ahora está internado en el área de cuidados intermedios.
El septuagenario a diario realiza ejercicios de reacondicionamiento físico, técnica de ahorro de energía, ejercicios de coordinación que le permiten entrenar los pulmones y los músculos periféricos. Su condición médica es estable, pero aún depende del oxígeno. Ingresó a UCI el 26 de octubre, tres semanas después su situación mejoró gracias a las terapias y fue cambiado a Intermedios el 13 de noviembre. Desde esa fecha permanece hospitalizado.
La licenciada Nataly Saca Herrera y la interna Norma Ramos Flores especialistas en Medicina Física y Rehabilitación a diario trabajan con otros 11 colegas entre internos y licenciadas, para recuperar con terapia física y cardiorrespiratoria a los sobrevivientes de la primera oleada del coronavirus en el Hospital Regional Cusco. Ellas no terminaron de recuperar al 100% a sus pacientes, y ahora deben afrontar el rebrote.
Nataly Saca conoció a Miguel en UCI, lo recuerda deprimido. “Las terapias de respiración le ayudaron a que deje de depender poco a poco del oxígeno y del ventilador mecánico. Lo estamos tratando desde que estuvo en UCI. Él sabe y conoce muy bien los ejercicios de respiración diafragmática, esa es la razón por la que salió antes del área crítica, otros pacientes están dos meses o más”, refiere Nataly Saca.
Los pacientes de UCI necesitan terapias de fortalecimiento de músculos respiratorios y de las extremidades tanto superiores como inferiores porque debido a la inactividad se debilitan y puede tener disminución de la fuerza y resistencia. “Con las terapias, se busca que el paciente recupere gradualmente su calidad de vida”, explica la licenciada Nataly Saca.
La licenciada Saca dijo a El Comercio que llegaron a atender a 180 pacientes diarios época fuerte de la primera oleada, mientras que desde que empezaron a descender los contagios en octubre, de ver salas a llenas de enfermos ahora todavía hay espacio, a diario atienden entre 7 u 8 pacientes; sin embargo, ellas también poco a poco ven revivir el panorama de la primera ola.
PREVALENCIA DEL VIRUS EN CUSCO
A fines del año pasado se concluyó el primer estudio sobre prevalencia del virus financiado por Concytec (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica) realizado por tres médicos: epidemiólogo Lucio Velásquez Cuentas , neurólogo Charles Huamani Saldaña y médico general Sonia Montes Oviedo. Ellos aplicaron exámenes hematológicos a 709 familias (1.915 personas) mayores de 18 años en las ciudades de Cusco y Quillabamba (La Convención), cuya prevalencia global según el estudio es de 33.1%, es decir, 33 de cada 100 personas en dichas ciudades habría sido infectadas por el coronavirus
Lucio Velásquez explicó a este medio que el estudio fue aplicado en los últimos cuatro meses del 2020 (setiembre, octubre, noviembre y diciembre). Los estudiados fueron sometidos a pruebas hematológicas las cuales fueron analizados con metodología quimioluminiscencia
“Ha sido un estudio con muestras de sangre basado en una metodología rigurosa de quimioluminiscencia cuya sensibilidad es del 99%, tiene mayor capacidad de dar un diagnóstico positivo. Es casi como una prueba molecular donde se pueden medir los anticuerpos”, refirió el doctor Lucio Velásquez
El estudio por lugares además detalla que el 20.5% (Quillabamba), 39% (distrito de Cusco) y 35% de personas en la periferia de Cusco (San Sebastián, San Jerónimo, Wanchaq y Santiago) tienen anticuerpos para COVID-19.
Velásquez advirtió que a la fecha la mayor parte de la población en Cusco es susceptible a contraer la COVID-19. En la provincia de Cusco un 70%, mientras que en Quillabamba un 80%. Ambos lugares desde que inició la pandemia concentran la mayor cantidad de contagios hasta el momento.
Mientras que el estudio por géneros arroja que la prevalencia de COVID-19 fue de 31.1% en varones, 34.4% en mujeres. La COVID-19 tiene menor prevalencia en personas de 60 a más años con un 24.7%, mientras que fue similar entre los grupos de 18 a 39 años (34.8%) y de 40 a 59 años (35.8%). Mientras que la prevalencia del virus en personas con obesidad fue de un 35.5%, con sobrepeso 31.1% y con peso dentro de lo “normal” es de 34.1%.
Otras conclusiones a las que arribó el estudio es que del número de personas infectadas, un 38.7%, tenía un grupo familiar de 11 a más personas, un 37.5% de 6 a 10 personas, 31.8% de 3 a 5 personas en casa y la cifra menor es de un 20.5% que vive con 1 a 2 personas.
Se reveló además que, de las 709 familias evaluadas, el 45% tenía al menos a un infectado en el hogar; mientras que un 20.5% de familias tenían a todos sus integrantes infectados. Del mismo grupo 609 familias reportaron información sobre miembros del grupo familiar fallecidos, donde un 7.6% refirieron tener un familiar fallecido en los últimos cinco meses antes del estudio; de este mismo porcentaje un 60.5% atribuyó la causa de la muerte a la COVID-19.
El jefe de la Dirección Regional de Salud (DIRESA), Juan Alberto Spelucin Runciman, estimó que aproximadamente un 25% de la población cusqueña a nivel departamental ya entró en contacto con el virus, el resto, que significaría las 2/3 partes, representa a un gran grupo susceptible al contagio y que formaría parte de la segunda oleada.
“En julio y agosto se presentaron los picos más altos de contagios, luego estuvimos en una época importante de bajada (octubre, noviembre, diciembre). Son dos terceras partes de Cusco que aún no ha entrado en contacto con el virus. Para una segunda ola, estamos mejor preparados hay un grupo importante que entró en contacto con el virus pero hay otro grupo grande que falta”, dijo Spelucin
NÚMEROS DEL COVID
La Sala Situacional COVID-19 de la Dirección Regional de Salud informó que la región cusqueña cerró el año 2020 con 77 mil 724 personas contagiadas con el coronavirus y 1.319 perdieron la vida a causa del mismo. En los primeros 13 días del 2021 se registraron 1.433 nuevos contagios y 36 fallecidos. Con un incremento de entre 60 a 154 casos diarios y 3 a 9 muertes en los últimos días.
Spelucin aseveró que la primera semana de enero Cusco registró un incremento de casos positivos del nuevo coronavirus, al pasar de contagios en 88 un día a 154, según informó el director regional de Salud, Juan Spelucín Runciman.
“Nos preocupa los indicadores de pruebas moleculares positivas. La positividad estaba en 10 y 15% y hay un incremento del 20 y 30%, eso nos indica que hay una mayor cantidad de personas con síntomas que están siendo contagiadas a puertas de una segunda ola”, dijo.
Según el “Plan de preparación y respuesta ante una posible segunda ola pandémica por COVID-19 en la región Cusco 2020-2021”, desarrollada antes de conocerse la llegada de la nueva variante, un fuerte rebrote de la enfermedad causaría hasta 156 mil 554 de nuevos casos, es decir, un 30% más de la población se infectaría en un rebrote, alrededor de 1.353 que requerirían hospitalización en UCI y cerca de 676 decesos.
Pese a que no se puede conocer con exactitud la magnitud que tendrá este fenómeno, el documento plantea tres escenarios de intensidad (desde el más leve hasta el más extremo).
Según el plan, el grado de afectación futuro estará determinado por la seroprevalencia – proporción de gente infectada– alcanzada en la región cusqueña, estudio con el que aún no se cuenta.
Cusco enfrentaría la segunda ola con 698 camas en intermedios en todos los niveles de atención de salud en la región y 23 en UCI, de este total la disponibilidad hospitalaria según la Sala Situacional es de 544 camas en intermedios y solo tres camas disponibles en área crítica. Sin embargo, las autoridades regionales, aseguran que Cusco se encuentra en mejores condiciones de afrontar una eventual segunda ola del coronavirus, la semana pasada firmó un nuevo nuevo convenio con Industrias Cachimayo para que esta empresa garantice el abastecimiento gratuito de oxígeno a los hospitales de la región y además se prohíba el expendio de bebidas alcohólicas. Las autoridades prevén que a fines de enero amplíen la capacidad hospitalaria a 900 camas en intermedios y a 60 en UCI.
Otra medida para contener el virus ante el rebrote es que los turistas y ciudadanos en general que lleguen al Cusco y presenten síntomas del coronavirus deberán pasar por pruebas antígenas. De dar positivo, deberán cumplir aislamiento por 14 días en sus hoteles o viviendas.
La Diresa cuenta con 3000 muestras y se incrementarán en los siguientes días de 35000 a 40000 pruebas más a fin de detectar posibles casos de coronavirus y hacer un seguimiento a sus contactos, para las labores de contención.
Cusco cuenta con solo 21 médicos intensivistas enfrentando la pandemia y además con personal de salud impagos desde setiembre del año pasado por horas complementarias y en el reinicio de una huelga nacional de la federación médica a fin de que se atiendan las demandas en incremento presupuestal. Las autoridades aseguraron que esta semana también exigirán la transferencia de un presupuesto al Estado para cubrir los sueldos de los profesionales en salud. Pese a las deudas, aplicar las horas complementarias seguirá siendo la estrategia de la Diresa para asegurar recursos humanos en un posible rebrote.
“No tenemos ni la vigésima parte de personal intensivista de lo que tiene Lima. Esto es un grave problema en general. Las regiones no nos vemos beneficiados con la cantidad de especialistas que tiene la capital. A nivel regional 21 médicos especialistas en médicos de cuidados intensivos, con el incremento de camas UCI será necesario implementar recurso humano para el manejo especializado de los equipos. La propuesta seguirá siendo usar hora complementarias, es difícil hay mucho personal que tuvo miedo de trabajar directamente ante el virus para ello necesitaremos contar con los médicos internistas y a profesionales de otras especialidades (cardiólogos, neumólogos) para su apoyo en UCI y la otra forma a través de las horas complementarias con colegas que trabajen y roten en los tres hospitales (Regional, Lorena, EsSalud)”, dijo el director de Diresa.
LUZ EN PANDEMIA: Vacunas
Al oficializarse el anuncio de la llegada de un primer lote de vacunas del laboratorio Sinopharm a nuestro país, el gobernador regional, Jean Paul Benavente, estimó que en los próximos cuatro meses deben estar enviando desde Lima 500 mil dosis para vacunar a 250 mil cusqueños.
El gobernador regional Cusco, Jean Paul Benavente manifestó que esta semana sostendrá una reunión con el Ministerio de Salud para definir el número total de vacunas que deberán ser enviadas a la región para proteger a la población. Adelantó que buscarán asegurar para Cusco un primer lote de 50 mil dosis para inmunizar (doble dosis) a 250 mil personas de la primera línea de lucha contra el coronavirus.
Finalmente, el jefe de Inteligencia Sanitaria de Diresa, Javier Ramírez lamentó el “relajo e irresponsabilidad” que ha tomado la población durante las últimas semanas, aseveró que el evitar un colapso del sistema sanitario en una segunda ola también depende de la población
“Muchas personas ya no usan la mascarilla o lo hacen incorrectamente, no aplican el distanciamiento, hay aglomeraciones en diversos lugares. Estamos haciendo una vida como la del 2019, somos irresponsables. Estamos a portas probablemente de una segunda ola por el comportamiento del virus que está habiendo en otras regiones, no queremos caer en lo mismo, los servicios en salud pueden estar preparados y equipados, pero no necesariamente van a poder cubrir a la demanda si es que se registran casos en gran volumen”, acotó Ramírez.