El neurólogo Aldo Vences, médico que atendió a Edita Guerrero antes de morir, afirmó que no existían signos de hematomas en la cabeza de la cantante y que no se ve ninguna luxación en las tomografías que se le practicaron. Edita fue trasladada a la clínica Belén donde fue atendida por Vences, quien pidió se le aplicara una tomografía en la cual se ve que había sufrido una “hemorragia subaracnoidea”.
Se solicitó una angiotomografía, ante lo cual pasó a cuidados intensivos, donde se confirmó el aneurisma cerebral. Ante tal situación se propone realizar una cirugía, pero la familia decide esperar para operar a Edita en Lima apenas se restableciera. Luego de esto la cantante permanece una semana en la clínica, donde el dolor de cabeza sigue aquejándola, lo cual no era nuevo, pues ella padecía de fuertes dolores de cabeza desde la niñez, pero el aneurisma se complica y se rompe lo cual le ocasiona muerte cerebral.
El médico manifestó ante el programa periodístico Cuarto Poder que siempre fue un riesgo que eso sucediera si no era operada. Sobre las lesiones que presentó Edita Guerrero afirmó que nadie en el hospital las notó, incluso aunque las enfermeras la asearon todos los días frente a una cuidadora personal que contrató la familia.
Por otro lado, Paul Olórtiga, acusado de haberle ocasionado la muerte a su esposa, continúa prófugo de la justicia y la Policía Nacional se encuentra a la espera de que hoy se emita una orden de captura internacional.