No hace mucho publicó su libro “Elecciones y decepciones” (Planeta, 2020) que, entre otras verdades electorales, destaca aquella de que el viejo eje derecha izquierda no es único ni el que más polariza; sino que está aquel entre conservadores y liberales, donde la religión entra a tallar; y el eje entre lo más y lo menos autoritario. Pues todo ello, pandemia mediante, estará muy presente en las elecciones que se nos vienen.
Debates que marcaron la diferencia, una crónica de Fernando Vivas
La pandemia con todas las restricciones y crisis que ha generado, ¿ha alterado algunos de los rasgos electorales que creíamos establecidos desde el 2001?
Sí, creo que una consecuencia ha sido que demoró el inicio de la campaña porque estábamos todos pendientes de cuidarnos del virus. Y la segunda consecuencia es que la gente está mucho más irritada, ha perdido o reducido sus ingresos, el confinamiento produce soledad, y esto hace que la gente está más dispuesta a votar por posturas radicales. El confinamiento también ha acelerado el crecimiento de las redes sociales.
Además, al estar confinados hay más tiempo para dedicar a medios y redes.
Sí y sobre todo al intercambio de opiniones con grupos de amigos y familiares en los chats que hacen circular rápidamente fake news y son difíciles de aclarar. Las que circulan a veces más rápido son las posiciones extremas.
¿Por qué la irritación de la gente tendría que llevar a votar por posturas radicales?
Porque las posiciones más extremas ganan notoriedad en la prensa y sobre todo en las redes. Las propuestas más moderadas se quedan desplazadas, son apreciadas por la gente más académica, más seria; pero a nivel popular no tienen la misma atención.
Entonces, ¿tendríamos que sorprendernos de que Rafael López Aliaga no haya llamado la atención hace tiempo y lo haga recién ahora?
Bueno, era una persona desconocida hace 3 meses gracias a su agresividad y a numerosas entrevistas que tuvo en determinado canal [Willax] y a sus propuestas extremas. Ha logrado llamar la atención y empieza a ocupar un espacio que estaba ahí. Según un estudio que hice hay un sector conservador y autoritario que cubría parcialmente Keiko, pero López Aliaga se ha ubicado más al extremo y tiene el atractivo de la novedad, que es un motor en el voto.
¿Pero todos lo perciben de derecha y conservador?
Lo que ocurre es que los conceptos de izquierda y derecha en política, la mayoría de la población no los entiende; entonces, contesta un poco al azar para no quedar mal. La pregunta correcta [en una encuesta] sería con un filtro, ¿conoce usted los términos izquierda y derecha?, y a los que conocen pedir que clasifiquen. Pero López Aliaga tiene un discurso también populista, plantea topes a las tasas de interés, no es el empresario con respuestas liberales como podría ser Hernando De Soto. López Aliaga es más intervencionista.
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¿El hecho de ser empresario es un capital electoral para un candidato?
Para un sector de la población, si eres un empresario exitoso, sí es un capital. Para otro sector es visto con desconfianza. Tiene cara y sello.
Hablemos de la metodología. En pandemia se han hecho encuestas telefónicas. ¿Eso implica sesgos, al decir los nombres por teléfono, a favor de los primeros mencionados?
Es cierto, pero ya en marzo con el levantamiento de las cuarentenas, todas las encuestas de Ipsos van a ser presenciales y vamos a hacer los simulacros de votación con ánfora secreta. En la época de la cuarentena, sí hicimos telefónicas y hay dos métodos, el que usa IEP con una central telefónica con números aleatorios. Como el 95% de los peruanos tiene un teléfono celular o fijo, es bastante representativo; pero tiene la limitación de ser encuesta oral. Nosotros hicimos una técnica mixta combinando lo presencial y telefónico y a los encuestados les planteamos la posibilidad de mandarle a su celular las listas y así mejorábamos la recordación del candidato.
Vamos a tener boca de urna con mascarilla.
Por supuesto, boca de urna y conteo rápido. Nuestros encuestadores andan con mascarilla y protector facial.
Se va alterar la tradición del flash a las 4.
Vamos a tener que dar el flash cuando se cierre la votación. Entiendo que es a las 7 de la noche. Va a ser una jornada muy larga para los miembros de mesa.
¿Temes un factor de ausentismo en ellos y en electores?
Depende de los incentivos que se dé a los miembros de mesa para participar. Si van a ser compensados económicamente, va a asistir la mayoría.
Te entrevisté en noviembre y me dijiste que del elenco de los 5 primeros saldría el ganador. Pero las cosas han cambiado.
López aliaga no estaba, pero sí estaba Acción Popular. Todavía no había una lista definitiva [aún la elección interna no daba como ganador a Yonhy Lescano]. Había un múltiple empate.
Pero sí me dijiste que si confirmaban a Lescano como candidato de AP lo veías disputando votos a Verónika Mendoza.
Ya en enero, cuando Lescano empezó a subir, en ese momento le veía un potencial importante porque reúne una serie de condiciones que lo hacen atractivo para un sector del electorado: es de origen andino, tiene un partido que ha logrado rescatar el imaginario de Belaunde y Paniagua y la lampa, marcando distancia con otros dirigentes; su discurso es populista en lo práctico, no es ideológico. Engancha con la gente desde que fue congresista y tenía una posición de defensa del consumidor que lo hacía atractivo para la ciudadanía no muy informada. El ciudadano común lo ve como alguien que se preocupa por ellos.
Además, era congresista en pleito con el Congreso.
Eso lo ayudó muchísimo. Esa posición de ser el rebelde del Congreso y estar haciendo declaraciones críticas, le hizo ganar popularidad, construir la imagen de un cierto outsider en el sistema político.
Con estos rasgos, si llega a la segunda vuelta, ¿tiene posibilidades de ganarle a varios?
Sí, porque su posición no es percibida como extrema. El tema de la 2da vuelta es que siempre se vota por el mal menor, pero tienen más opción los que son percibidos como más moderados, más al centro. Los candidatos radicales tienen opción de entrar a la 2da vuelta pero una vez en ella tienen que hacer un cambio radical de estrategia, sino la pierden.
O sea, la teoría dice que en 2da vuelta debe ganar el moderado al radical, pero, ¿y si entran dos radicales, uno de izquierda y uno de derecha? ¿Cuál tiende a ganar?
Ahí entran otros factores. Hay algún candidato que tiene un antivoto por razones históricas como Keiko Fujimori. Si no se apellidara Fujimori quizá no tuviera ese antivoto, pero lo tiene y quizá lo ha incrementado con el desempeño de los últimos años. La tiene más complicada. Hay un antivoto también muy fuerte a Verónika Mendoza por su admiración en el pasado a Hugo Chávez y Fidel Castro. Pero en una segunda vuelta cualquiera que pase sería previsible que trataría de ganarse al electorado de centro. Entonces, ahí viene la capacidad estratégica de cada una. Recordemos que Alan García le ganó a Humala por su capacidad política, él tenía también mucho antivoto, pero logró ganarlo debatiendo con Chávez, que defendía a Humala.
En el 2016, Keiko llegó lejos en buena parte porque tuvo una estrategia de disminuir su antivoto. Ahora no sigue esa estrategia pero sigue en una ubicación expectante. ¿Por qué? ¿Por qué se necesitan menos votos para entrar a 2da vuelta?
Sí y porque ella se ha dado cuenta que tiene que unir al fujimorismo. Recordemos su incomodidad con las gestiones de Kenji para lograr el indulto a su padre. Se distanció de Kenji y de su padre. Ahora se ha reconciliado con el padre y pide el indulto. Es lo que le queda, el viejo fujimorismo. Ya en la 2da vuelta, si es que pasa, tendrá que acomodar su estrategia según quien sea el rival.
Le han salido competidores que no tuvo en el 2016.
Claro, ahora puede tratar de parecer más moderada que López Aliaga, si ve ahí a una persona que le quita parte de su electorado.
¿En tu encuesta que sale el próximo domingo, habrá nuevas preguntas que nos puedas contar?
Todavía estamos en el proceso de diseño, pero una pregunta que queremos hacer es, ¿cuál es la segunda opción?. Es decir, qué pasa si un candidato es retirado o se va por algún motivo. Lo que hacemos es construir escenarios entre tal y cual y preguntar por quién votarías.
Los candidatos se estaban preparando para hablar de reactivación económica y no tanto de salud. Ahora parece que están improvisando en salud.
Hay un par de candidatos que han puesto enfermeras en sus planchas, sería bueno escucharlas. La pandemia está con nosotros hace un año, se han inscrito en medio de la pandemia y sorprende que no hayan incluido una propuesta notoria en el campo de salud y ahora estén tratando de suplir el tema. En parte se han confiado en que la vacunación la va a resolver Sagasti y cuando lleguen al poder las vacunas van a estar ya compradas. En cambio, en el tema económico hay mucho por hacer en el futuro y es ahí donde están los diferentes enfoques. En salud no hay tanto debate como lo hay en economía.
Las restricciones de mítines y giras, los obliga a dar más entrevistas.
Necesitan como nunca a la prensa para compensar esa ausencia de imágenes en los mercados y mítines que han sido clásicos. Esta es una campaña que se va a decidir en los medios de comunicación masiva y en las redes sociales.
Esta es la primera campaña presidencial bajo la normativa que impide contratación de publicidad en radio y TV. ¿Eso impacta?
Sin duda. Sin esa norma, los 2 o 3 candidatos más ricos hubieran tenido una presencia desproporcionada que ya no vemos. Por otro lado, la norma favorece a algunos, que son los que tienen más presencia parlamentaria, y se les asigna por eso más espacio. En parte, por eso el partido de Forsyth rechazó su participación, porque le tocaba un espacio diminuto en comparación, por ejemplo, de Acción Popular.
Ya estaban advertidos, pero no hay creatividad en las franjas.
Los políticos suelen ser muy cortoplacistas en sus normas. Ahora todos se quejan del poder que tiene el JNE para retirar candidatos pero fueron los mismos políticos los que le otorgaron ese poder.
Hay poca creatividad en las franjas. En todos los países donde no hay contratación privada, hay buena inversión en la creatividad.
Eso es cierto y también se aplica en las redes sociales. Más allá de los dimes y diretes en las redes, hay espacio para la creatividad que podría ser mucho mejor aprovechada. No cuentan, por ejemplo, sus relatos de vida, para que sepamos por quienes estamos votando.
¿Las tendencias crees que van a ir marcando que la irritación radicalice a los moderados?
La campaña es muy dinámica, los que comienzan a trepar van a recibir más ataques. Le pasó a Forsyth en su momento, le está pasando a Lescano. Todas sus declaraciones pueden jugar en su contra. Hay mayor luz sobre los candidatos que están adelante, pueden mantenerse allí o no. Nada está dicho.
¿Algunos que han caído podrían recuperarse como Guzmán o Acuña?
Es difícil, pero no imposible, salvo que ocupen el lugar de otros. Si el jurado retira a uno o dos de los candidatos, eso podría mover las fichas, o si pasó algún hecho insólito que haga que llamen la atención muy favorablemente. Lo que el electorado hace es concentrar su atención en los 4 o 5 que están adelante. Tiene que caer alguno de esos o alguno hacer un enorme esfuerzo comunicacional para que uno que viene atrás logre pasar adelante.
Lo que sí vemos es que hay partidos que pueden lograr una buena performance con independencia de sus candidatos.
Hay partidos que tienen buenos candidatos en algunos distritos electorales o que tienen una marca con algún grado de aprecio histórico como Acción Popular. En Somos Perú todavía el recuerdo de Andrade influye un poco. En función de esas razones y de que tengas algunos buenos candidatos, a algunos partidos les puede ir mejor a nivel parlamentario que a nivel presidencial.
¿Si Somos Perú salta la valla será por Martín Vizcarra?
Para saltar se requiere tener más del 5% de los votos pero también se requiere tener más de 7 congresistas elegidos en distintos distritos electorales. No basta con ganar en Lima. Somos tiene presencia en algunos lugares del país, podría saltar la valla en función de esos dos criterios.
¿Qué tan importante puede ser un debate en estos tiempos?
En el debate son importantes varias cosas: cómo se desempeña el candidato en términos de la presentación de sus ideas, que no meta la pata, y cómo se cuenta el debate, cómo la prensa y las redes cuenten el debate a los que no lo vieron. Eso influye en el voto. En la primera vuelta es importante pero en la segunda vuelta es fundamental. Si un candidato no va a un debate da una imagen de que tiene miedo y eso es un error.
¿Es cierto que en un debate el que tiene más que perder es el favorito?
Tal cual. El favorito hace un juego más a la defensiva y es la víctima de los ataques de los demás. Los demás tienen que ser más creativos y agresivos para llamar la atención.
¿Qué podemos esperar a grandes rasgos de la encuesta que vas a presentar el próximo domingo?
Se hará en los próximos días, pero nos va a permitir saber quiénes están disputando la punta. Hasta ahora hay resultados muy apretados. En la encuesta del IEP apareció ya López Aliaga quien no estaba en las previas. Veremos si sigue creciendo, se ha estancado o se ha caído. Veremos si Lescano está un poco más adelante.
¿No se puede descartar que pasen a 2da vuelta dos parecidos? ¿Por ejemplo, Lescano y Mendoza o Keiko y López Aliaga?
Me parece improbable, yo creo que cuando estemos más cerca a las elecciones, los electores que deciden al final, que son muchos, van a decantarse en dos candidatos contrapuestos. Me parecería raro que dos candidatos de una misma orientación pasen a segunda vuelta. Lo más probable es que veremos la confrontación de dos candidatos contrapuestos.
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